LUKE nº 181 noviembre-diciembre 2017

Jorge Arbeleche

Me sale espuma

mitook

Me sale espuma

quiero escribir pero me sale espuma nombrar las letras que siempre han de faltar a las palabras quiero decir aquello que acaso no habite en el sonido lo que el labio suspende cuando habla lo que tiembla en el beso y no es el beso nombrar la llave tornasol de una entrepierna que alumbre luz y bruma la que ilumine aún lo que se calla la que se abre y cierra mientras late ante el pico del cóndor o el vuelo del águila que ronda lo que chilla en el bosque la paloma debajo del palomo lo que una vez exclamaron mi piel con tu piel en la turgencia jadeada de la siesta quiero decir pero me sale espuma me fluye de la boca el olor a quemado antes de tiempo de una brasa sin temblor espuma evaporada quiero decir entero el rojo milagro del tomate y el enigma morado del parral el épico vuelo de la recta atravesando el aire sin dirección alguna el secreto del círculo el insondable destino de los puntos

pero me sale espuma como siempre de nuevo empiezo a escribir a dibujar el trazo cuando en un flanco desnudo de la hoja irrumpe de nuevo la orla blanca y otra vez el torbellino de la sal marina el eco sin final de la absoluta hondura


Helena
Cuando vieron a Helena, que hacia
ellos se encaminaba, dijéronse unos
a otros, hablando quedo, estas
aladas palabras “No es reprensible
que los troyanos y los aqueos,
sufran males por una mujer como
esta, cuyo rostro se parece al de las
diosas inmortales”
La Ilíada, canto III

Helena

Soy Helena.
La más odiada de todas las mujeres.
La más amada.
Por mi pasión se derrumbaron
murallas y guerreros. Torres erguidas
invencibles, mordieron el olvido. Yo,
sola, les salvé la memoria.
Con el polvo se confundieron
el trono la corona y el cetro.
Todo el orgullo cedió a la pasión bella.
Voló con el humo la ciudad poderosa
la más alta la que ostentaba
la indestructible almena.
Me culparon de todo. Me otorgaron de todo.
Me privaron de todo. De nada me arrepiento
de aquello que me acusan. Fui la única
que amó con desmesura. Soy la que más amó.
Y fui la más amada. Preferí
la gloria del tálamo a la ternura de mis hijos.
De nada me arrepiento. Soy la más puta,
y acaso la más santa. Ofrendé a mis dioses
mi gracia y mi desgracia.
Mi amante fue el más bello cobarde
que Troya me brindara. Plantó en medio
de mi lecho el árbol del jazmín. Y floreció.
Él es el más hermoso,
más aún que la espuma del mar.
Igual a un dios en la batalla o en su sueño.
Mató al tiempo cuando duerme,
en el jardín de su vigilia lo detiene,
mientras yo tejo cuentos y canciones que luego
cantarán los niños y pastores
entre riscos y cabras montañeras.
El juicio de los siglos tal vez me absolverá.
Fui tan perdida así como ganada.
De nada me arrepiento.
Soy la que más amó.
Y fui la más amada.


El entrevero

feroz
es el abrazo el nudo el entrevero
no se sabe dónde empieza
o termina el dedo alargándose
en la pierna uno es todo
todo es uno arriba el pie
la boca la cabeza abajo
en vuelo lengua y labio
en combustión los nervios erizados
de estreno la piel ya desgastada
vuelta virgen carcomida a veces
a veces renacida en ritual de inocencia
u oficio de blasfemia escándalo sagrado
de lujuria en vértice y caída
en boda bestial o sacramento
en aire aspirado como hostia bendita
o masticada a dentelladas de manjar
furtivo fugaz furioso fugitivo
iguales uno u otro apenas un espejo
los separa de un lado parecen ángeles
portadores de la misericordia del otro
dos fieras desgarradas en desposorio de delirio
en ascenso y descenso por la cuesta
empinada de una cópula
culpable de inocencia


Arquitectura

Si magro el cuerpo para tanto gozo
el alma ¿adónde si no es en el cuerpo?

El de perfecta ingeniería de células y venas
el de la sinfonía coral de linfa y sangre
navegando la red fluvial de las arterias
desde la baba del bebé hasta el jugo
menstrual que al ritmo de la luna danza.
La gota en el pezón desborda
la blanca leche de la gloria.

Y el alto jazminero se derrama.

El cuerpo de púbicas llanuras
el que relumbra como el que se pudre
el cofre donde se pliega el alma
como la seda fina con el aroma
del azahar de pie. El del diseño
exacto aún para los feos. Templo
donde amantes y amados tejen el mudo
inaugural de los enigmas. El de la fiesta.
El que la anuncia y el que la despide.
El que le guarda el eco. El que camina
derecho hacia la niebla y la penetra
con todas sus antorchas encendidas.

BIOGRAFÍA

arbeleche

Jorge Arbeleche (1943). Poeta y crítico. Académico de Número de la Academia Nacional de Letras de Uruguay; Presidente de la Comisión de Literatura de dicha Academia.

Últimos libros editados: Parecido a la noche (2013) Ediciones Vitruvio. Madrid;
Mito (1968-2014) (2014) Ediciones Vitruvio. Madrid; Peregrino (2016) Ediciones Vitruvio. Madrid.

Premio Morosoli a la trayectoria en Letras (Poesía y ensayo) 2007; Premio Bartolomé Hidalgo por La sagrada Familia (2010); Premio Nacional (Categoría édita) por Parecido a la noche; Premio Bartolomé Hidalgo por Trayectoria (2015).