nº 183: marzo-abril 2018

Poemas

Concha García

concha garcía

BIOGRAFÍA

CONCHA GARCÍA. Nací en la Rambla, un pueblo de la provincia de Córdoba, en 1956. Pocos años después me llevaron a Barcelona, ciudad donde he pasado la mayor parte de mi vida. Me licencié en Filología Hispánica. Escribo poesía desde que tengo conciencia, y eso fue hace mucho tiempo. Mi primer poemario se publicó en Valencia, Otra Ley, 1997, continuaron otros: Desdén, Por no arderán los quicios ni se quemarán las teas, Pormenor, Ya nada es rito, Ayer y calles mí, Lo de ella, Cuántas llaves, Árboles que ya florecerán, Acontecimiento, El día anterior al momento de quererle, en 2013, y Las proximidades (2016).
Me he dedicado a escribir sobre poesía en diarios y revistas. He publicado un libro de ensayos titulado Asomos de luz (2012) También dos diarios: La Lejanía. Cuaderno de Montevideo (2013), y Los antiguos domicilios (2015). Soy viajera y he vivido en Buenos Aires y Montevideo, adoro el Río de la Plata. Fui a la Patagonia –Lago Puelo- en 2003 y me enamoré de sus paisajes y su poesía. Publiqué en España dos antologías de poesía de la Patagonia. (Antología de poesía de la Patagonia, 2006; y La Frontera Móvil (2014).
Premios Aula Negra de la Universidad de León, Barcarola, Antonio Gala y Jaime Gil de Biedma.

Las proximidades

Requiere
zambullirse
en la ciénaga
de lo que todavía
no está lejos.
Mira, ¿los ves?
son del tiempo
de las ciudades
sin nostalgia,
resisten
como una pared
cargas pesadas
de días repetidos,
los distingo
de quienes pasean
con el destino
aquí abajo, en otra parte.


Gente molesta que se mete en todas partes

Su infancia se une
a un golpe de viento.
Mueve la ventana
el color de la cambiante tarde.
Niña temerosa, con tus dedos
haces un juego de sombras
de aquellos días quietos.


Donde

Frecuente es
hay recuerdos
que se desapegan
de ti, estiran del
tiempo su modelo
y dan claroscuros
en la noche pensante,
entonces todo lo que fue
deja una estela vacía
que te desubica.
Ya no es asunto tuyo
el tejado que se aleja
del sótano, dejando las
puertas sin dinteles
golpeadas, acaban
cayendo donde estuvo
el sofá. Desposeída
giras el rostro
y te aferras
a lo que
espejea.


Hábiles rescates

En los retratos
de hace tiempo
expuestos
como mercancía
en negocios
de la avenida
más transitada,
una mujer de mil novecientos
veintiocho, me mira
junto a su esposo
hierático. Ella
perturba el salón
tras el decorado.
La prueba es
que nos atravesamos
y la velocidad no resiste
un detenerse
tan cercano.

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© 2018 Luke

ISSN: 1578-8644

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