nº 183: marzo-abril 2018

Te he encontrado, cariño

José Manuel Botana

monitor

Obra : Monitor
Relato : José Manuel Botana
Técnica : Composición Fotográfica
www.josemanuelbotana.com

La niña se para a mirar algo tras una ventana inmensa. ¿Algo interesante? ¿Qué está contemplando en esta noche gélida? Sin movimiento, casi sin aliento la tormenta se vuelve más densa, entonces la imagen luminosa de la niña se convierte en una silueta y ahora se ve aún más espeluznante que ella misma. Javier la contempla hoy por primera vez, temeroso, hasta que la niña se desvanece. Desde su cama, Javier es capaz de mirar el mundo. Él también está sorprendido por el clima, no para de llover, pero a diferencia de muchos no se pregunta en un "cómo" o "por qué", acepta la situación y deja el mundo para si. ¿Por qué debería preocuparse por eso? Hay cosas más interesantes e importantes en las que enfocarse.

Esta niña es una de esas cosas. Javier está emocionado por el hecho de que es uno de los pocos que la ha visto tan bien, nadie había visto su rostro antes. El clima está violento como la región, cada año aumentan las muertes por causas desconocidas con las que Javier alimenta cada una de las pantallas que adornan las paredes de su habitación; en riguroso orden muestran datos, fotografías y mapas. "¿Soy la primera persona que puede mostrar la cara de la niña al mundo?", reflexiona Javier ¡La he visto perfectamente! Mira por la ventana, las tormentas no cesan y las alcantarillas se desbordan. Él no puede concentrarse, no tiene ningún sentido, esta niña que aparece y desaparece, ¿mi imaginación? No está seguro de ello. Contemplando las pantallas del ordenador que súbitamente se apagan siente que todo está en calma, el viento golpea como un látigo de terciopelo los cables de alta tensión y estos silban.

Javier no ve nada, pero algo brilla con fuerza, la luz golpea en su rostro y ciega sus ojos que se estaban acostumbrando a la oscuridad. Tarda segundos hasta que puede interpretar lo que sus ojos ven. El sol brilla sobre él desde lo alto de un cielo azul y solo ahora se da cuenta que está flotando sobre las cálidas aguas de un mar "¿Qué pasa aquí? ¿Dónde estoy? ", se pregunta asustado.

“Javier...”, pronuncia su nombre con claridad una voz distante, "Javier" escucha de nuevo. Una mano cálida toca su hombro, "finalmente estás conmigo", dice la voz femenina. Se incorpora sobre el mar y se da la vuelta, los ojos de una mujer joven le están mirando. Él sabe quién es, está seguro de que la conoce, pero no la recuerda.

En la oscuridad de la habitación la niña clava una y otra vez un bolígrafo bic punta fina en la garganta de Javier mientras abre la boca y brillan unos diminutos dientes que muerden rabiosos sus dedos.

Javier enfoca una de las fotografías que vomita la pantalla; desapareció sin dejar rastro, él la conocía y la buscó pero no pudo encontrarla. Desde entonces, estaba convencido de que ella fue asesinada por esta niña porque lo único que se encontró de ella fue el dedo meñique.

En la oscuridad de la habitación la niña repite en voz baja, “Te he encontrado, cariño”

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© 2018 Luke

ISSN: 1578-8644

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