LUKE nº 177 marzo-abril 2017

Antonio Maura

Voces Brasileñas. Neuza Pinheiro

NeuzaPinheiro

Las palabras en un poema brotan como latidos de un corazón. Resuenan en la floresta húmeda con ritmo contundente, constante, señalando horizontes y caminos, formas vivas que acompañan su danza o su compás. Un poeta brasileño, Jairo Pereira ha dicho de Neuza Pinheiro que parece “una hembra animal que lame su cría aún húmeda y manchada de sangre al nacer.” Y es que hay en la obra, en la voz de esta poeta nacida en Arapongas, en el Estado de Paraná (Brasil), una energía que devora distancias como yegua sin freno. Estamos ante una hembra salvaje de la poesía, una mujer que arranca sonidos de su garganta y palabras de su mente con la potencia del agua en caída libre, con la fuerza del fuego, que chisporrotea en la callada noche, que alumbra a fogonazos la oscuridad: el sombrío misterio de la vida.

Neuza Pinheiro es también cantora y compositora. Participó en la denominada Vanguarda Paulista con Arrigo Barnabé e Itamar Assumpção. Ha sido Premio Nacional de Interpretación en el Festival de MPB, organizado por la TV Tupí de São Paulo (1979) con la canción “Sabor de Veneno”, de Arrigo. En 2007 publicó en solitario su cd OLODANGO. Ha recibido también el Premio Nacional Lúcio Lins, de poesía, por su libro “Pele & Oso”, de 2008. Vive y trabaja en el la ciudad de Santo André, en el estado de São Paulo.

El poeta Augusto de Campos define a Neuza con tres palabras: “Brevedad, braveza y bravura”. La brevedad por necesaria, la braveza porque su canto viene de las entrañas y la bravura porque no teme a las palabras duras o inexistentes. Tanto su interpretación de “Sabor de Veneno”, su disco “OLODANGO” o su poemario “Pele & Oso” son tres distintos gestos de una misma voz que habla con sus propias palabras y con las de los otros, y que sabe que la música es un fluido armónico, semejante a la sangre, que impulsa a un ritmo constante el músculo de la vida.

'Espirales de mi espíritu'

El poema no pide
no implora
viene corroyendo por la borda
arañando a flor de piel
bebiendo sangre de la aurora

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El poema era un mutante

Fue de un estallido
a estrella
de estrella
a instante

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Y fue dejando
el poema
un de profundis en el mundo
sentimientos por segundo

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Rosácea blancura de los vientos
gótica rosa de los tiempos

Rosa-loca
Rosa-luz

Airosa
Ruidosa rosa

¿Te conduce
o te reduce?

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El Watt de las flores
los Volts

El viento
en el vientre
de las flores

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Al comienzo
alguna cosa traba la tarde

En el medio
ella finge que dispara

Y en la explosión de la primera cigarra
la tarde se derrama
¿o desamarra?

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Plancton

A mis pies
el mar se arroja en pláncton

Mar en blanco
sin pactos
ni planos

Llegó la mar de rosas
Fue la mar de engaños

Ahora
no pasa de ser un mar
deshecho
en pláncton

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Delicado

Me falta un poco de delicadeza

Como un hilo que atase
el fuego a la estrella

o el aire
que del ala
librase
a su pluma
a su pena

Me falta un poco de delicadeza

Me falta
aquel cuidado del árbol
que señala
por detrás del viento

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Mujeres Amarílis

Aluden
como azucenas
a sus raíces

Ya fueron más felices a cielo abierto

Mujeres Amarílis

Millones de años
y este desierto…

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Ári(d)a

Ojos secos rayando cebollas

No reconozco la salvación
ella no me reconoce

La salvación yace en algún templo soterrado en el desierto

El alma
quien sabe si ya se ha encajado un día
en las estrías de la carne
quien sabe si ha descansado en el pecho inmenso
de la Estrela Mater

(las estrellas son dádivas, señales de vida
pero los neones son paranoicos
las luces de la ciudad
son armas letales…)

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Dadivosa 1

Que bien si yo fuese una diva
de aquellas bien dadivosas
que sale vida entra vida
se quedase allí
verso y prosa

Mi mirada bordeando estrellas
provocando sinfonías
por todas las galerías
imágenes de mi historia

Y en el instante preciso
entre el mito y el misil
un rito
un inicio
de pasaje al infinito…

1Poema musicado por Adriana Calcanhoto y grabado por Ana Carolina en 2002.