LUKE nº 179 julio-agosto 2017

Claudia Capel

Especie en extinción

Claudia Capel

Especie en extinción

Fui alga, cebra, amante
música, bailarina, prisionera,
alguien que te amó hasta la muerte,
página de libro, luz, abrazo.
Fui mentira cuando dormías
ascensor donde besarte y escalera
para que tus palomas subieran
cuando no sabían volar.
Hice viajes, calor e historia.
Cambié de nombre
para que pudieras olvidar.
Tuve tiempo, una oportunidad, un hijo
y la suerte de quererte.
Te aposté para perderte
cuando fui naipe, dado y ruleta.
Te dediqué poemas
cuando hablaba inglés y braille.
Fui bandoneonísta en un club nocturno
bebiendo tangos por tus ojos,
caí en las redes de un loco
y naufragué varios años.
Fui ballena, delfín y foca,
me mataron en Noruega
para vender mi piel por monedas belgas,
me alimenté de arroz y miedo
en una isla donde los hombres
no se parecían a ti.
Fui sultana, vendedora y camello,
crucé un desierto húmedo
porque tres mil mujeres
lloraban
por un niño huérfano de padre.
Fui alcalde
y puse tu nombre
a dos plazas y seis calles
antes de dimitir.
(No robé ni maté ni juré en vano
pero siempre te he deseado.)
Fui primera ministra en un país
sin pueblo y navegué sin barco
al mando de mi rumbo,
te regalé el mundo,
una estrella
y el lado izquierdo de mi cama.
Fui pescadora, maga, profeta,
encantadora de serpientes
y tu vaso de agua.
Besé a mucha gente,
aproximadamente a mil niños,
apasionadamente a cien hombres,
creí en veinte dioses
y me quemaron tres veces.
Volé como paloma, águila y gaviota,
escapé de un cazador
porque no lo quería,
dormí como murciélago y marmota,
fui pingüino en patagonia
y en tu bañera, sirena
hipocampo y esponja.
Después decidí olvidarte,
me curé de tu amor
de madrugada y munición
y me despedí con un sello
de especie en extinción.


Animales flotantes

I

Tu recuerdo es un bicho raro
difícil quererlo, inútil odiarlo

animal flotante
muerde mi soledad
solo para recordarme
que no estás.

II

El frío se nota más ahora
que alguien te besa
mientras alguien me ama.

III

Coincido con los gatos
y su vocación de no dormirse
sin que los acaricies.

IV

En cuatro patas
llegaré a tu corazón.

Claudia capel – del libro "animalidad" - 2010