Lágrimas de albariño

Dos copas de cristal sobre la luz poniente
de un dulce sol del norte.
Lágrimas de albariño resbalan por tu cuerpo
desnudo como el viento,
bajan desde tu boca y dibujan tu cuello,
circundan tus pezones que se ponen erectos
anticipando el goce, torrentes
que pasan por tu vientre y acaban en tu sexo.
Bebo en ese remanso que me ofreces abierto.
Mi boca ya no es más que una mezcla de olores,
de sabores, de amor y deseo.
Tu vulva se dilata en sus pétalos rosas,
exiges que me entregue en tus labios,
te arqueas hacia el cielo, aprietas mi cabeza,
te giras poseída hacia un lado y otro
gimes en un idioma que solo yo conozco.
Y te estremeces en un grito infinito,
un orgasmo que estalla a la vez que yo muero
derramado en tu cuerpo. Y lloramos
hasta el fin de la noche.