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LUKE nº 172 verano 2016

Arturo Zafra Moreno

Poemas

arturo-zafra

Arturo Zafra Moreno (1996, Caravaca de la Cruz, Murcia).
Tiene escritos dos libros de poesía; Viento embriagado (2015), a la venta en Amazon únicamente en formato digital, y Réquiem del licor (2015), de descarga gratuita en su blog arturozafra.blogspot.com .

Poética

Estás dos semanas metido en un barrizal, sales y te quedas inmóvil tres horas al sol. En el momento en el que comienzas a arrastrar un pela patatas para quitarte el barro endurecido, como si cortases jamón, ahí estás empezando a crear poesía. No va de abstraerse por medio de la creación poética; va de quitarse la mugre del día a día para poder seguir adelante con más holgura.

Cometas en el parque

Veo las cometas
suspendidas en el tiempo
del parque.
es como si tratasen
de caer al vacío
con la velocidad de un misil,
pero hay algo invisible
que les impide caer.

Quieren caer.
Sueñan con caer.
Se has enamorado del suelo.

Veo las cometas que
intentan luchar contra
esa mano incorpórea
que las tiene cogidas de
los cojones
para que no se precipiten
al abismo.

Las miro
y siento que
soy una jodida cometa en un parque
con océanos de agua
y hectáreas y más hectáreas
de tierra.

Vuelo como ellas.
Amo lo que ellas.
Sueño con ellas,
Y parece que compartimos cama.
Tal vez folle con ellas
sin que me haya dado cuenta.

No estoy encadenado al viento
como ellas,
pero llevo ataduras
por todo el cuerpo.
Tengo también
una cuerda que me sale
del culo,
y es la jodida manía
de escribir.

Era inevitable

Y ahí estaba yo.
Tenía que seguir sin miramientos
si no quería perderlo por completo.

-¿Perder el qué?

Espera y te lo cuento.
Total, que seguiría el plan inicial;
continuar hacia el Este para volver
al principio.
Cuando todo era dorado y abundaba
la comodidad.

-¿Y qué era lo que podías perder?

Déjame continuar y te enterarás.
Bueno, dos días después me acababa de instalar
en aquel cuartucho pegajoso,
justo al lado de la estación de autobuses.
No era un paraíso que digamos,
Pero valía la pena con tal de no

perderlo.

-¡¿Pero perder el qué?!

¡Qué te calles, JODER! ¿No me estás escuchando?
En fin, que esa noche aparecieron esos tipos
tan altos y atractivos,
sin previo aviso, pero con chicas
mucho más altas y preciosas que ellos.
La cosa es que no tuvieron ni el menor detalle
de traer algo de su propia priva.
Aun así montaron una fiesta diabólica
con la mía.
Al amanecer se esfumaron y se habían bebido
toda mi cerveza. Incluso encontraron la botella de tequila
que guardaba en el armario.
Dejaron por todo el apartamento un olor
de semen, azufre y odio.
No recuerdo mucho de aquella noche
Pero estoy seguro de que no lo

perdí.

-Aún no me has contado qué era eso que tanto temías perder.

No, si acabo de perderlo ahora mismo.