Marzo 2001

Diciembre de 1977, Enero de 1978.
Lo que pasaba y se oía en España en dichas fechas

roberto gutiérrez

Me gusta escribir de música pero no de mí en concreto ya que trato de objetivar las situaciones sin caer en subjetivismos que en muchos casos pueden resultar pedantes ; pero esta vez voy a hacer una excepción, describiendo en este artículo una situación y unas reflexiones puramente personales.

A finales del año 1977 yo no había cumplido aún los quince años y me parecía recordar que ya con esa edad era un fanático de la música. Por ello fui recientemente a casa de mi padre que tenía la costumbre de hacer fotografías de cualquier situación, incluidas por supuesto las Navidades. Cuando empece a ver el álbum fotográfico y buscar las fotos de Navidad de finales del 77 mi intención era descubrir cuales habían sido los regalos de ese año ya que estaba convencido de que habían sido discos.

Tras una pequeña búsqueda descubrí varias fotos con los regalos en el árbol. En ellas aparezco junto a mi hermano, que era un niño, nueve años menor que yo, el cual tenía sus juguetes alrededor del árbol ; y que actualmente es una especie en extinción, es decir un rockero de menos de treinta años obsesionado por la música. Mi hermano tenía sus regalos y yo tenía los míos.

Mis regalos, tal como sospechaba eran cinco discos, aportando junto con este artículo una foto donde aparecen tres de ellos, además de mi hermano y yo. Mi sorpresa fue que eran discos bastante sofisticados para un chaval que no había cumplido los quince años ; sin embargo me bastó recordar la época y la ilusión que teníamos por la música para quitarme la sorpresa y el asombro que me habían producido ; ya que : en este país, mucha gente, casi niños y adolescentes, se obsesionaban por el rock y la contracultura. Se abría ante nosotros un nuevo mundo, que había permanecido aletargado, tras años de oscurantismo cultural, dictadura y religión católica. En el año 1977 no había ordenadores, ni máquinas de marcianos ; la televisión era un horror y el deporte resultaba indiferente.

En aquella época si querías divertirte tenías que escuchar música. Con la música podías alcanzar cotas de libertad que no se podían imaginar nisiquiera entre los intelectuales de la época. Hasta los políticos de izquierdas y los artistas del momento tuvieron que rendirse ante un fenómeno que propugnaba cuatro principios que pueden ser validos actualmente como son : la juerga, la justicia, la energía y el arte . Esos principios no son una broma y se combinaban a la perfección. Evidentemente los políticos del 77 hablaban de justicia, los intelectuales eran serios artistas, los literatos eran profundos y sofisticados, la cultura era demasiado seria y la política demasiado indefinida ; por el contrario los aficionados a la música tenía su tono justiciero, eran urbanos y comprometidos socialmente. Les gustaba la juerga, la noche, las drogas y el sexo, el cual no obstante era más una obsesión que una realidad. Tenían una energía increíble, bastaba acudir a un concierto para comprender lo expuesto y al final el concepto de arte estaba presente totalmente, desde la propia música hasta la puesta en escena y el aspecto de los músicos, aunque nunca fue una manifestación artística ya que nunca resultó la música rock algo políticamente correcto.

Tenía ganas de realizar estas reflexiones porque cuando actualmente, con una edad de 38 años, señalas que tu gran afición es la música rock, sigue resultando lo expuesto algo políticamente incorrecto y poco serio. Da igual que tengas miles de discos y conozcas también a miles de grupos y hayas estado en cientos de conciertos porque la realidad es que siempre estará mucho mejor visto que te apasionen los cuadros, el deporte, los libros, la política, el teatro o el cine pero ya sabéis, aunque en el siglo XXI seguimos en retroceso el que ríe el último suele reír mejor. La última vez que estuve en el Victoria & Albert Museum de Londres descubrí como pieza artística la portada del primer disco de los Sex Pistols, metido en una urna de cristal. Además curiosamente casi toda la gente que he conocido que le ha gustado de verdad la música rock, tenía conceptos muy avanzados del arte moderno, de la literatura contemporánea, por medio generalmente de autores americanos e ingleses ; y del cine, todos éramos fans de Woody Allen y Stanley Kubrick, pero lo que más nos gustaba era la música y eso no producía la aceptación de los intelectuales de aquel momento y tampoco de los de ahora.
Me he puesto demasiado serio para denunciar esta situación y por ello casi se me olvida comentar los discos que aparecían en el árbol de Navidad, los cuales eran de los siguientes grupos : Rolling Stones, Wings, Doctor Feelgood, Deep Purple e Iceberg.

ROLLING STONES.- Gimme Shelter.-

Este era uno de los discos recopilatorios y de rarezas lanzados por la Compañía DECCA, durante la primera mitad de los años setenta.
En este disco la primera cara estaba dedicada a éxitos de la primera época de los Stones, conteniendo algunos de sus más fantásticos temas. Esta primera cara del disco era algo revolucionario para los chavales en aquella época, conteniendo canciones que harían cambiar la mentalidad de mucha gente, en algunos para siempre como pudo ser mi caso. Esta primera cara contenía “ El luchador de las calles” o “ Simpatía por el Diablo” además de otros de sus mejores clásicos como “ Jumpin´Jack Flash” y “ Honky Tonk Women”. La segunda cara era una extraña grabación de un concierto de principios de los sesenta con unos Stones completamente salvajes, donde casi se oían más los gritos del público que las propias canciones, desprendiendo mucha energía aunque la grabación era mediocre en cuanto a calidad, lo cual era poco importante para un adolescente a punto de estallar mientras sonaba “Under My Tumb”, “Fortune Teller” o “Satisfaction”.
Este disco actualmente es una pieza de coleccionismo y no está editado en CD.

WINGS.- “ Wings Wild Life “

Este era el grupo formado por Paul MacCartney después de los Beatles y quizás este sea uno de sus discos más extraños. Actualmente queda mejor decir que John Lennon no tenía comparación a MacCartney pero la verdad es que en aquella época Paul era lo que más nos acercaba al espíritu de los Beatles.
En los años setenta los Beatles se seguían oyendo muchísimo y todos los adolescentes conocíamos su música y entre el público rockero los Wings eran un grupo bien considerado y atractivo ; por ello era normal que un disco de los Beatles o de los Wings figurará entre los regalos del momento.
El disco por otra parte no se parece en nada a algunas de las composiciones sencillas y hasta algo empalagosas realizadas posteriormente por Paul. Este disco es casi experimental, con una primera cara verdaderamente extraña donde se puede oír temas de Rock duro como “Mumbo”, de cabaret pop como “Bip Bop” o la revisión del clásico “ Love Is Strange”, la cual es magnífica. La segunda cara está dedicada a temas lentos desatacando “ Dear Friend”.
Este disco fue criticado y aclamado en dicha época, no siendo una grabación comercial. Estoy seguro que si lo oyes descubrirás a un nuevo MacCartney, quizás te guste o quizás no.

DOCTOR FEELGOOD.- “Stupidity”

Este LP era una grabación de un concierto realizado en el año 1976. Casi todos los amantes de la música se lo compraron. La música era rudimentaria y se llamaba por aquel entonces pub- rock, dado que era el sonido que habitualmente sonaba en las tabernas inglesas. Era una música saltarina, blusera y marchosa. Los temas tenían una energía sorprendente. La guitarra de Wilko Johnson era fantástica y explosiva, mezclándose y acoplándose perfectamente a la voz y armónica de Lee Brillaux.
Este tipo de música presagiaba que había una vuelta al Rock de raices, a la energía y a los temas marchosos frente a los temas sinfónicos, progresivos y adultos de muchos grupos que triunfaban en los setenta. Me gustan mucho los temas “I´m Talking About You”, “ Back In The Night”, “ Stupidity” y el fabuloso “Roxette”.
El presente LP actualmente está editado en CD y contiene además muchas más canciones en directo y de diferentes épocas que las que contenía el LP original ; si lo encuentras, lo cual no es tan fácil, cómpralo, tomate una cerveza y a disfrutar, dando igual que tengas 15 o 38 años ya que la fuerza y la diversión no tienen edad, por lo menos para algunos.

DEEP PURPLE - 24 Carat Purple-

Este grupo era uno de los más grandes de los años setenta. Su estilo era Rock duro de enorme calidad, con músicos excepcionales. Su guitarrista, Blackmoore, era considerado uno de los más rápidos y sofisticados de la época y los teclados se mezclaban de forma radiante en los temas de este grupo, tocados por John Loord. El resto de la banda era también fabulosa y su cantante Ian Gillan era un torrente de potencia vocal.
El disco es un recopilatorio y tiene sus mejores temas junto a otros menos conocidos y alguno que no había sido publicado hasta entonces. Para quien se quiera iniciar en el grupo este es un buen disco pero el mejor es “ Made In Japan”, el cual aconsejo completamente.
Por aquel entonces estabamos obsesionados con los solos de guitarra y este grupo los bordaba a la perfección. Deep Purple no tiene nada que ver con el Heavy Metal de los ochenta y por ello aunque no te guste la música fuerte, basta con que tengas un poco de interés por la música para que te guste este grupo.
Sin haber cumplido quince años recuerdo que oía este disco con verdadera pasión. Me acuerdo que por aquel entonces tenía un tocadiscos portátil de ínfima calidad y uno de los bafles, cada que vez que ponía a este grupo no aguantaba los bajos y se ponía a vibrar ; ante lo cual tenía un lapicero roto que lo clavaba en el altavoz, apoyándolo contra la pared y de esta forma me oía el disco de principio a fin, disfrutándolo de una forma irrepetible en nuestros dias y ello apesar de las grabaciones remasterizadas y de la alta calidad de los aparatos de sonido de este siglo XXI.
Los temas son magníficos. Dentro de este disco encontrarás : Black Night”, “Speed King”, “Strange Kind Of Woman”, “Woman From Tokio “ y su mejor canción “Smoke On the Water”.

ICEBERG - Coses Nostres -

En aquellos años la nueva ola y el punk aún no habían cundido en este país, teníamos que recuperar el tiempo perdido y los grupos eran de clara tendencia hippy con discos de música progresiva, rock duro y jazz - rock. Había cuatro grupos en esta línea que se salían de la media, siendo muy diferentes entre sí en cuanto a estilos musicales, me estoy refiriendo a Triana, Leño, Bloque e Iceberg. De éste último grupo es este disco.
El disco es enteramente instrumental y ha envejecido perfectamente, siendo habitual para mí seguir oyéndolo, casi con la misma pasión que lo oía en el año 1977. El primer tema era la melodía de un programa televisivo que no nos lo perdíamos por nada del mundo, me estoy refiriendo a “Popgrama”. La televisión en aquel entonces era algo ajeno a nosotros y el cine se centraba en el destape, que por aquel entonces causaba estragos ; sin embargo este programa lo veíamos casi todos los chavales y luego era comentado profundamente en el patio del colegio. Para mí siempre ha sido el mejor programa que ha habido y que habrá en televisión.
Hoy en dia me sigue resultando inaudito como suena la guitarra de Max Suñé en este disco, mezclada con los teclados de Kitflus. El que no lo haya oído que por favor lo oiga porque se quedará tremendamente impactado. El estilo podemos definirlo como jazz - rock pero con la diferencia que la mayoría de los discos de este estilo acababan aburriendo mientras que este desprendía tal fuerza que mantiene su vigencia en la actualidad.
Recuerdo perfectamente que los conseguí ver en directo en el frontón Vitoriano, el cual estaba en la calle San Prudencio de la capital alavesa, actualmente desaparecido y se congregaron allí más de dos mil personas que se volvieron locas con el concierto, no se que habrá sido de todos aquellos que se pintaban corazones en la cara e iban con una manta y la bota de vino a pasar la tarde al festival pero sospecho que pocos seguirán oyendo a este increíble grupo.
Todo el disco es bueno pero destacaría “Preludi i Record”, “Nova” y “ La flamenca Eléctrica”.
En la foto que acompaño a este artículo, estoy leyendo la contraportada, ya que en la parte trasera del disco se podían leer cosas como lo siguiente : “ Aquí se trata de encontrar un equilibrio. La finalidad del álbum es abrir una puerta a los cautivos. Para los libres ya no hace falta decir nada”. Estas reflexiones quizás pdieran ser demasiado profundas para un chaval que aún no había cumplido los quince años pero la verdad es que 23 años después considero que lo expuesto sigue vigente. De hecho sospecho que los que no han oido música jamas podrán atravesar la puerta y siempre serán cautivos aunque los melómanos solo somos libres entre nosotros y fuera de nosotros somos gente extraña.

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