Marzo 2001

Ahopetik

alfonso garcía de la torre

“Música y espacio”

Introducción

Desde un punto de vista estrictamente perceptivo, nos encontramos con la evidencia de que experimentamos continuamente el sonido en el espacio, es decir sonido en tres dimensiones. (por ejemplo si nos situamos en una calle de cualquier ciudad recibimos diversas sensaciones auditivas que nos orientan, que nos ofrecen una valiosa información: ruidos variados, murmullo de la gente, gritos, tráfico de coches, etc.) Existen dos fundamentos sobre los que se asienta la percepción del espacio sonoro:

1.- Fundamento fisiológico: la información es recogida por nuestros dos oídos y es procesada posteriormente en el cerebro, dándonos una percepción unificada (denominada técnicamente “fusión binaural”). De esta forma somos capaces de localizar un sonido tanto estático como en movimiento.

2.- Fundamento psicológico: el aspecto psicológico de la audición se considera como el más importante, no existiendo una geometría en la percepción auditiva. Pongamos tres ejemplos:
a) La relación directa que existe entre ver y oir (si intentamos la localización virtual un músico de una orquesta al escuchar un disco siempre resulta más difuso que si estamos en un concierto en directo; por otra parte si en un concierto vemos bien, oiremos mejor).
b) Existe una diferencia cualitativa entre un sonido frontal y uno trasero ya que este puede resultarnos estresante, misterioso, o causarnos una mayor sorpresa.
c) No es lo mismo un sonido que escuchamos por primera vez que otro que ya lo conocemos.

Espacialización y música

Desde un punto de vista comercial todos hemos experimentado las nuevas tecnologías que tratan de simular, con mayor o menor éxito, el sonido en el espacio:
- Sistemas monofónicos (comienzo de la simulación electrónica: gramófono, radio, etc.)
- Sistemas estereofónicos (equipos de alta fidelidad: LP, cassette, CD, etc)
- Sistemas cuadrafónicos (posibilidad de girar el sonido 360º)
- Sistemas Dolby Surround, THX, etc. (utilizados en los cines y en la actualidad también en el ámbito doméstico con la comercialización del DVD)
- Sistemas de sonido en tres dimensiones 3D (ordenadores, videojuegos, simuladores de vuelo, etc.)

Llegados a este punto quisiera centrarme en la historia de la música occidental, en la que podemos observar la utilización del espacio como elemento estructural de la música: el canto antifonal en la Edad Media; la música de la Escuela Veneciana del XVI en la que dos coros se situaban enfrentados en una iglesia y dialogaban entre sí; la colocación especial de los órganos en numerosas iglesias y catedrales, la distribución de las familias instrumentales en las orquestas, etc.

Si nos adentramos en el siglo XX descubrimos la enorme importancia de todos aquellos avances tecnológicos que han permitido el conocimiento en profundidad tanto del sonido como de los sistemas de percepción humanos, y que nos permiten la utilización del sonido en movimiento como un elemento más en la composición musical. Puede ser un elemento esencial que añade riqueza al discurso musical, y que por ejemplo ha sido utilizado especialmente en la música denominada electroacústica (música en la que los medios electrónicos participan tanto en la composición como en la interpretación de la música)

En estos casos el compositor utiliza el término “espacializar” el sonido. Es decir, se trata de colocar o mover en el espacio el sonido, gracias a los equipos de reproducción sonora. Si analizamos determinados sonidos podemos comprobar que pueden tener su propio comportamiento o esencia espacial. Podemos fijarnos que incluso necesitan del movimiento para ser reconocidos, ya que llevan implícita esa característica: el sonido del mar en una playa, el motor de un coche en una competición, el zumbido de una mosca, etc. En algunos contextos otros sonidos sin embargo no poseen ese componente de movimiento espacial, pero los podemos ubicar en una posición determinada: cerca-lejos, izquierda-derecha.

En el caso de disponer de sonidos generados o procesados electrónicamente habrá una cierta libertad de elección, ya que la tecnología y la lógica del material obtenido nos lo permite (puede decirse que en la actualidad el sonido puede ser manipulado como cuando un niño juega moldeando un trozo de plastilina). De esta forma podremos crear nuevos sonidos, articularlo, crear un contrapunto de movimientos, de gestos, de paisajes sonoros, etc.

Coda

Para terminar quisiera citar brevemente algunos ejemplos de compositores, considerados fundamentales del siglo XX, que han utilizado la electrónica para llevar a cabo proyectos que relacionan la música y el espacio:
- Edgar Varese propuso en la Exposición Universal de Bruselas de 1958 una obra titulada “Poema Electrónico” en la que se requerían 400 altavoces en un recinto especialmente diseñado para la ocasión)
- Karlheinz Stockhausen en la Exposición Universal de Osaka (Japón), en 1970, contó a su vez con 50 altavoces distribuidos en las paredes de una sala esférica)
- François Bayle utiliza en el escenario una orquesta de altavoces denominada Acousmonium.
- Otros compositores: Luciano Berio, Pierre Boulez, Pierre Schaeffer, etc.

Propongo descubrirlos.

Ilustración: Angel López de Luzuriaga

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