Abril 2001

El Paso

josé marzo
El sueño del tirano

Describe Stevenson, en unas hermosas páginas de “Los mares del sur”, la belleza de dormir en plena naturaleza, a cielo abierto. De madrugada, cuando la bóveda celeste brilla con mayor fuerza, los animales se despiertan un instante, los pájaros cantan, los reptiles se remueven entre las piedras, los caballos resoplan...; luego retoman nuevamente su sueño.

Pero Stevenson no era un aventurero e idealiza la naturaleza, la considera un espacio de concordia y amor universales. La realidad es que en la naturaleza hay peligros, y el aventurero, cuando se abandona al sueño, también siente temor. ¿Qué clase de aventurero tendríamos sin miedo que superar, sin adversarios a los que enfrentarse? Cuando la bóveda celeste brilla con mayor fuerza y los animales se desperezan, el aventurero palpa su cuchillo junto al pecho; aguza el oído y oye un chillido (un ave rapaz se abalanza sobre un roedor); después, como el oso ruso, duerme con un ojo abierto.

Los tiranos, por el contrario, cierran las ventanas de su dormitorio y corren las cortinas, de modo que ningún ruido, ninguna luz, turbe su sueño.

Allá donde Stevenson imaginaba una noche luminosa, de fraternidad espontánea, el tirano imagina una noche oscura e inpenetrable, de complicidad impuesta.

También la noche del tirano, como la de Stevenson, es apacible. Ambos sueñan con un mundo sin peligros ni adversarios. Sueña Stevenson que las rapaces no tienen garras ni las serpientes colmillos. Sueña el tirano que ha sometido a todos los demás hombres y que éstos lo temen.

Stevenson es un ingenuo que desconoce la realidad.

El tirano es un desgraciado que pretende arrancar de su pensamiento aquello que es aún mayor que su poder: su miedo, su inmenso miedo, su recelo.

Ilustraciones: Patxi Eribe

home | e-mail | literatura | arte | música | arquitectura | opinión | creación | enlaces | libro por capítulos | suscríbete | consejo de redacción | números anteriores
© LUKE: www.espacioluke.com