Abril 2001

Ahopetik

alfonso garcía de la torre

“Acústica: ciencia, tecnología y arte”

El progresivo estudio científico del sonido, como fenómeno físico, ha configurado nuevas perspectivas en la música. En un principio este arte supone una comunicación sujeta a unas leyes físicas invariables que, en nuestro caso, son analizadas por la ciencia denominada Acústica. Paradójicamente, durante el siglo XX, la investigación científica ha impulsado con más fuerza la aseveración de que el factor subjetivo de la percepción del sonido sigue siendo lo más importante.

Aparte de la Física, existen otras disciplinas que de algún modo convergen también en la Acústica o toman contacto con ella, como son la Ingeniería, la Medicina, la Psicología, etc. En definitiva, la Acústica posee tres aspectos fundamentales que le darán un carácter eminentemente interdisciplinar:
a) científico, al tratar de describir y comprender una parte de la experiencia del hombre.
b) tecnológico, al partir de la base de que es una actividad del hombre encaminada a modificar su entorno para mejorarlo en beneficio propio.
c) artístico, en tanto que estudiará todo lo que rodea al desarrollo de la Música: Acústica Musical, Acústica Arquitectónica (salas de conciertos), Organología (instrumentos musicales), etc.

A lo largo de la historia, la observación y la experimentación dieron paso a averiguaciones acústicas que en ocasiones han servido, por ejemplo, para una mejor consecución de una actividad humana determinada. El estudio del origen, la propagación y la recepción del sonido permitió aprovechar en nuestro beneficio dichos avances (por citar algunos ejemplos, es de sobra conocida la calidad acústica de los teatros griegos y romanos, o también los profundos conocimientos acústicos empleados en China para la construcción de campanas capaces de producir dos sonidos diferentes).

Por otra parte, los grandes descubrimientos tecnológicos nos han permitido saber más acerca del fenómeno físico en sí. Hemos heredado multitud de conocimientos acerca de la física del sonido gracias al afán investigador de los siglos XIX y XX. Quisiera destacar dos hechos fundamentales que marcaron el inicio de una revolución tecnológica dentro de la Acústica: la invención del teléfono por A. G. Bell en 1876, y un año después la del fonógrafo, gracias a T. A. Edison y C. Cros. El teléfono supuso un gran avance en el estudio de la audición y la fonación, dando paso a la investigación de la comunicación humana. El fonógrafo, y posteriormente el gramófono, implicaba alterar definitivamente el proceso natural que define el sonido en tanto que era necesaria la existencia de un emisor (un cuerpo que vibra), un medio de transmisión (el aire) y un receptor (el oído). A partir de entonces es factible alterar en el tiempo y en el espacio los eslabones de esta cadena.

Efectivamente, la grabación y la reproducción del sonido supusieron un cambio en las circunstancias que rodeaban el fenómeno acústico, significando una auténtica revolución. Desde aparatos que a principios del siglo XX eran considerados meros juguetes mecánicos, hasta sofisticados equipos que son tenidos en consideración por todos como soportes válidos de reproducción sonora. Pero este invento ha tenido ventajas e inconvenientes: la primera ventaja sería el incremento de la audiencia y de las audiciones (en unos pocos años podemos conocer más música que en toda una vida de un músico profesional, previa a la aparición del gramófono). Yo añadiría que sería discutible equiparar la cantidad y la calidad de las audiciones en uno y otro caso. Uno de los inconvenientes es el hecho de que esperamos en la sala de conciertos precisiones que sólo son alcanzables en los estudios de grabación (exagerados contrastes de intensidad sonora, características tímbricas artificiales, acentuación de la estereofonía, etc.). Es decir, un avance tecnológico es capaz de condicionar los planteamientos artísticos hasta tal punto que, por ejemplo, tengamos una cierta preferencia hacia las salas de concierto en las que el sonido se refleja bien en los laterales, ya que esto acentúa la sensación estereofónica. Conclusión: el directo nos defrauda ya que nunca “suena” como el disco.

Para terminar podemos decir que, gracias al desarrollo tecnológico, la Acústica ha pasado de ser estudiada junto a la Matemática y la Mecánica, a ser una materia de obligada revisión para un músico de nuestro tiempo. Y esto es debido sobre todo a las variadas aplicaciones de un hecho, que nos puede parecer tan simple, como el de grabar y posteriormente reproducir un sonido, o también, por qué no, un silencio.

Ilustración: Angel López de Luzuriaga

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