LA LITERATURA VASCA AL FINAL DEL MILENIO
(PARTE II)

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jon kortazar

LA LITERATURA VASCA AL FINAL DEL MILENIO (2ª Parte)

3. La nostalgia.

En un luminoso ensayo, Diglosia y texto, Antón Figueroa supo ver algunas de las consecuencias que pueden derivarse del hecho de escribir en una lengua diglósica. Aunque posteriormente el autor ha matizado algunas de sus conclusiones, y yo me temo que algunas de sus observaciones pueden aplicarse mejor a literaturas sin sistema, o a literaturas subsidiarias, como por ejemplo a la literatura en castellano que se publica en el País Vasco, merece la pena revisarse los ejes de su pensamiento.
Resumo. Según Figueroa, una literatura en situación diglósica mostraría las siguientes características: el peligro de confundir texto y texto literario, conservación en el canon de textos que no serían apreciados como canónicos en una literatura normal, tendencia a la desorganización espacial y temporal de las disposiciones tipológicas que condicionan la renovación estética; sobrevaloración de elementos folclóricos y etnográficos, filologización de los textos, dificultades para configurar el texto como “obra abierta”, configuraciones anormales de los horizontes de expectativas, ausencia de trayectorias de manera que cada texto debe crear sus lectores, desplazamiento del sentido lúdico, aparición del sentido épico del texto literario.
Me temo que esta enumeración no refleja con justeza la rica aproximación de Figueroa, que explica, comenta y matiza cada capítulo aquí sólo mencionado. Pero desde esta reflexión puede abrirse una nueva aproximación, desde la teoría del texto, a algunos de los fenómenos que se aprecian en la literatura vasca. Como es obvio, algunos de los elementos citados pueden corresponder a textos de una época histórica en el desarrollo de la literatura vasca, a lo que denominamos, a falta de mejor nombre, la literatura clásica, la que va desde los siglos XVI al XIX, como, por ejemplo, la conservación de textos que en otras literaturas no serían considerados como literarios. Dejaremos de lado, tales características para detenernos en tres que nos parecen básicas en el contexto actual:
a) La nostalgia.
La vertiente folclórica de la literatura vasca ha estado presente con mucha fuerza en nuestra actividad textual, porque se ha supuesto que la literatura oral era rica, y por ello una forma de crear un registro elegante dentro de la literatura. Koldo Mitxelena, por ejemplo, propuso que la literatura oral vasca era rica, mientras la escrita en el período clásico, pobre. Desde esta perspectiva puede entenderse que siempre se ha pretendido una importancia clave de la literatura oral como motivadora de registros estilísticos en la escritura. Si bien es cierto que algunos escritores han optado por el registro oral que se utiliza en las ciudades, y ello poco tiene que ver con la literatura oral entendida por tradicional, aún la referencia a una oralidad y a una sociedad que mantiene los registros tradicionales está presente en algunos textos. Uno de los ejemplos puede ser Babilonia de Juan Mari Irigoien, uno de

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