ISSN 1578-8644 | nº 35 - Enero 2003 | Contacto | Ultimo Luke
"Del interés del arte por la gente"
kepa murua

El arte no tiene gente. El arte es sin nada en un principio. El arte comienza y no necesita de la aprobación de la gente. El artista se vale con su empeño. La osadía, hasta la culminación de su propia decadencia, estriba en el intento. Una vez que el objeto creado avanza, el arte comienza a rodearse del espectador. El primero el artista. Tras él la gente. Pero el arte no se hizo para el aplauso. El arte reniega del acontecer inmediato. Su conocimiento supera a la masa pese a que la aprobación final del arte y de la obra del artista requiere de la aceptación de la gente. Pero a la gente no se le puede obligar a nada. Eterno dilema que no tiene solución en un mundo en que nadie se atreve a definir el arte y a medir el gusto de la gente. Para la gente el arte es un objeto de consumo, algo que se puede tocar y medir según su valor en el mercado. Hace años el artista tenía un camino en la orilla del mundo. Ahora es la gente la que valora al arte con su aplauso o su silencio. El mercado rechaza el valor del artista. Hoy todo no vale. El artista se quiera convertir en gente y al impulso de las nuevas tecnologías y el conocimiento que descubre con el paso del tiempo la ciencia, la gente pasea su asombro sin pretenderlo. Si hay algo seguro es que la gente no tiene ni idea de lo que es arte. Pero manda la gente, la opinión mayoritaria de un público dirigido por unos parámetros mercantilistas que rechazan el conocimiento del arte y de la gente. Manda la superficialidad, el estruendo, el exhibicionismo, la moda, el instante donde uno puede ser protagonista por momentos. El arte que se quiere desvincular de la historia, los artistas que no conciben el arte como un impulso de la sociedad, los estetas que pregonan el fin del arte, los críticos que escriben sin un lenguaje definido que retome el pulso de la gente, son los que muestran con sus palabras y obras las contradicciones del arte y de la gente. Y la gente, a la que todo le es indiferente, mientras le aseguren que lo que es arte no es por lo menos falso, convive con él como un divertimento más donde pueden mostrar sus miserias y alegrías sin prejuicio alguno. Para eso están los artistas. Un mundo acomplejado y lleno de prejuicios donde se habla de la gente.