nº 164 • Marzo 2015

Espacioluke

Ángel Cerviño

Poemas

Ángel Cerviño (Lugo 1956). Escritor, artista visual y comisario de exposiciones. Ha publicado los libros: Impersonal (Amargord Ediciones, Madrid, 2015), ¿Por qué hay poemas y no más bien nada? (Amargord Ediciones, Madrid, 2013), El Ave Fénix solo caga canela, y otros poemas, con el que resultó ganador del XV Premio de Poesía Ciudad de Mérida, (DVD Ediciones, Barcelona, 2009), Teleprompter (Centro Torrente Ballester, Ferrol, 2009), Kamasutra para Hansel y Gretel (Ediciones Eventuales, Madrid, 2007), así como numerosos textos críticos en torno a las nuevas prácticas artísticas en revistas, catálogos y publicaciones de arte contemporáneo. Es miembro del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC).

Poética
(El poder desova en el significante)

El poema se desdice para que el lector sobreentienda. Dos vacíos se solapan, el sentido opera por transparencia.

El poema huye de sí, en la renuncia purga su pecado original: la sospecha, o más bien la franca convicción, de que cualquier palabra puede significar cualquier cosa en según qué contexto. Expiación imposible que lo empuja a su infatigable errancia. La escena originaria (Urszene), aquella que nos descubre el turbio y gimiente acto que nos dio la vida, se equipara así al no menos desasosegante descubrimiento de la insaciable concupiscencia de las palabras y los jadeos descontrolados del significante.

El poema resta ruido al mundo, como el escultor retira materia e introduce vacío en el bloque de mármol.

Poemas

(Poemas del libro Impersonal, de próxima aparición en Amargord Ediciones)

Bestia lunar / masticas oscuridad y hondura / océano / coreografía sonámbula del agua / promediada por el viento la cabrilla de las crestas / metódica persistes / es resquemor voraz de larva / inventario de vegetaciones lentas / y todo lo que a la oquedad revierte / arriba –erizada de sí- / engañosos edificios en cristal de ola / la luz levanta

allí tejiera la fijeza sus espumas


Contradanza de ida y vuelta / lagrimea el mar a paso de horda sobre los innumerables labios de la arena / se deja llevar la brisa a un punto ciego / atardece en braille

y entonces sí / todo callar (aquí un mohín) canto de sirena1


Maniobras de distracción / juró fiarlo todo a sus debilidades / hilvanar2 los imprecisos cánticos / y ahora la polvareda del yo le estorba la antecámara (Ruin Silencio anda a la greña) / enseguida se le echan en cara los lentísimos preludios / y esos tres espantapájaros más de la cuenta endomingados en el pastizal del vado

aquel fue –técnicamente- el último invierno de la IIIª Guerra Mundial


Rotamos contrahechos / asendereados cíclopes de fábula / armando in vitro coloristas trabalenguas3 / rimados epitafios para lápidas de juguete / ¿qué de los júbilos preliminares? / ¿dónde de las salpicaduras del mosto? / ¿cuándo los coletazos de doble o nada?

sedas devienen élitros / ya todo rezuma establo4


Infiernillo5


A destiempo se hizo el trueque: fue tu miel por mis vallados / en propiedad mantuve las plegarias / en usufructo los intervalos y su aquietarse

colibrí párvulo / en ti gesticula orquídeas el instante / quebradizo garabato

anegadiza res de aliento / labio-lirio del valle

NOTAS

1 Latido subacuático de la madre, medusa que en la orilla se enfanga, bajío recesivo, pulsión líquida anterior a la atmósfera y la respiración: cómo quema la sequedad del primer aliento, la primera luz abrasa los párpados. Arrebatados a la ciénaga con el primer llanto, todavía cerramos los ojos cuando su música con más intensidad nos alcanza: aquella música de agua.

2 El jardinero de Amherst declaró años más tarde: -No, ella nunca pudo dar con un buen nombre para eso, así que, si me lo permiten, yo lo diré con un verso de Paul Eluard: “ses pieds exhalent le parfum des lézards”.

3 Falso diario (I): galanteo del espino y la roca, un nomeolvides puntillista se toma su tiempo.

4 A escondidas, un converso de reparto subdivide la carcoma, temeroso trampea las cuentas.

5 Tobogán.