ISSN: 1578-8644

LUKE nº 151 - Septiembre 2013



Crónicas con fecha: Crisis y minishorts

Vicente Huici

No deja de resultar un tanto sorprendente que en este verano coincidan los efectos más palpables de la crisis económica con la vestimenta femenina más desvestida de los últimos años ...

No deja de resultar un tanto sorprendente que en este verano coincidan los efectos más palpables de la crisis económica con la vestimenta femenina más desvestida de los últimos años.

Pues, en efecto, las manifestaciones contra la política económica del gobierno, salpicadas aquí y allá por paros y despidos, y los escraches de las plataformas anti-hipotecas, tienen como telón de fondo un panorama de vestidos cortos, microfaldas y minishorts, así como camisetas muy ajustadas que apenas si contienen comprimidos pechos pin-up.

Parecería como si la libertad social cercenada se intentara conjurar con una libertad individual llevada al extremo en su dimensión corporal, para lo cual, una vez más, el soporte del cuerpo femenino –¿qué pensarán de esto las feministas?– operaría como articulación fundamental de una llamada a lo que antes se calificaba de libertinaje. Algunas prendas, incluso, añadiendo a su talla reducida, la puntilla de la ropa interior, así parecen confirmarlo: ¡nos hemos quedado en bragas!

Por otro lado, la moda marinera, que lo ha invadido todo, no hace sino acentuar la tendencia apuntada. Marineros y marineras en tierra, la aspiración al viaje, a la huida de estos territorios abrasados por la culpa inducida por los capitostes y los mangantes, se manifestaría emblemáticamente. Huida sí, de la mano de los viejos lobos de mar –atención a la proliferación de las barbas masculinas– hacia un horizonte de libertad atlántico a fuer de mediterráneo (¡lalaaa la la!), lejos del norte montaraz, godo y calvinista.

Y así, frente al estallido social, tan incontrolable dada la inepcia global simbolizadora de los partidos políticos tradicionales, la marca corporal, retranqueada en la moda femenina, ofrecería una aparente resistencia, una clave de rebeldía inmediata, y, de paso, como todas las modas (Roland Barthes, El sistema de la moda), en su ofertabilidad mutante y alterna, animaría el consumo.

¿Será esta moda desvestida, acaso, el modo de uno de los brotes verdes tan preciados por los sucesivos ministros de Economía? On verrá que dirían los franceses.