ISSN: 1578-8644

LUKE nº 149 - Mayo 2013



A. Yaroslavovich. Un día perfecto para el pez banana, coronel

Luke

Son unas estupideces, Aureliano. ¿Qué tiene que ver aquí el bananafish? ¿Cuánto tiempo vivió en la tierra?, no conozco peces así, es la locura de los dos ...

En el quinto piso, Seymour Glass fue por el pasillo y abrió las puertas de sus habitaciones clave-5071. Olía a nuevas maletas de cuero y esmalte de uñas. Miró a la joven esposa dormida en una de las camas, entonces Coronel Aureliano Buendía2, apareció por alguna parte en la sala, sentado, junto a la ventana en una mecedora.

Seymour se acercó a mi maleta, abrió y sacó debajo de montones de camisetas y bragas la pistola del trofeo. La sacó, la miró y volvió a guardarla.

¿Sabe usted que una persona muere, no cuando debe si no cuando puede? —El coronel preguntó suavemente, mirando por la ventana.

Lo sé —respondió el joven, sacó la pistola y continuó después de una pausa. —Se que no debo. Pero puedo.

¿Estás seguro de que puedes?

Sí, puedo. Estoy seguro de esto y de que te veo y te hablo solo porque recordé sus palabras coronel, recuerdan el coronel, cuando muere una persona. ¿Has venido a desalentarme?

Para nada. ¿Solo he venido a preguntar, como se capturan los pececitos en un día tan perfecto para bananafish?

Es un día perfecto para bananafish, Coronel, por eso puedo, —respondió Seymour, camino hasta una cama vacía, se sentó, miró a la joven, levantó su arma y se metió una bala en la sien derecha.

* * *

Escúchame, Muriel. Dr. Sivetskij tenía toda la razón: Seymour perdió el control sobre sí mismo y se mató. No creo que alguien podría dispararle. Mamá, la policía no descarta que podría ser un asesinato y tienen buenas razones para ello: ese día alguien más estaba allí, y se dejo en la silla mecedora un goldfish.

* * *

Lo has hecho apropósito, Aureliano. ¿Por qué?

¿Cómo sabes, mamá, perdiste la vista hace mucho tiempo?

Tranquilo, tranquilo, hijo. No le digas nada a nadie sobre esto, Ursula acercó su dedo a los labios de Aureliano. ¿Cómo padre pidió, entre otras cosas…?

Se sienta al lado de una castaña y lo ve todo.

Tu padre lo veía todo y siempre trató de detener a un joven en su vida. Y le dio por suicidarse.

¿Para qué le iba a molestar? Seymour podía morir tranquilamente, me di cuenta de esto en la manera en cómo dijo aquello de que el buen pescado era capturado en un día perfecto para bananafish, respondió Aureliano Buendía. Una niña cree en el cuento de los peces insaciables y, por otra parte, ha visto al pescadito-bananka con seis bananas en su boca. Cuando los niños llegan al mundo, llegan a creer y vivir en sus cuentos, después de esto se puede morir.

Son unas estupideces, Aureliano. ¿Qué tiene que ver aquí el bananafish? ¿Cuánto tiempo vivió en la tierra?, no conozco peces así, es la locura de los dos. Haber seguido creyendo en sus cuentos de hadas y haber seguido contándolos a los niños. Ya, pero qué tiene que ver su joven esposa con todo esto, ella lo amaba, solo comenzaban a vivir. ¿Por qué ese no pensó en ella e? —¿Como se llamaba... Seymour?

En ella pensaba Seymour mientras se suicidaba. Durante la guerra entendió que la vida era un cuento y que su esposa nunca creería en el. La vida con un contador de cuentos se convertiría en un infierno. Seymour salvó a su esposa del sufrimiento.

También le pasó algo a tu cabeza en la guerra, Aureliano, me di cuenta hace mucho tiempo. Pero, ¿por qué dejaste al goldfish allí? La policía buscará ahora a un asesino que no existe.

He dejado al asesino en la habitación, no es necesario de buscarle.

¿El Pececito?

El oro.

¿Al final no he entendido nada, que le digo a tu padre, Aureliano?

Dile que hace un día perfecto para bananafish.


1En el quinto piso, Seymour Glass fue por el pasillo y abrió las puertas de sus habitaciones clave-507": así comienza la historia del escritor estadounidense Jerome David Salinger "un día perfecto para bananafish" (primera edición, 1948)

2Aureliano Buendía, uno de los protagonistas de la novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, "Cien años de Soledad" (primera edición, 1967).