ISSN: 1578-8644

LUKE nº 149 - Mayo 2013



Photowriting

Paula Arbide

Recuerdo los tejados a ras del suelo. Entrábamos por las ventanas. Ahora sé que no podría. Las puertas solo estaban para permanecer cerradas con siete candados. La soledad no existía ...

Es mi pueblo. Sé que llegué porque vine con madre, mejor dicho dentro de ella. Siempre olí a mar, respiraba mar, sudaba mar, y como no, amé toda mi vida a este pescador; el de la foto, que me pescó y aquí estamos los dos recordando el pueblo y contándonos arrugas. Algunas de llanto y las más de felicidad. Primero por mi Susi, por mi otro hijo que mis neuronas hacen que me olvide su nombre, pero lo amo tanto como él a mi. Otras arrugas vinieron porque la vida te las dibuja tanto si quieres o no. Pero bueno a lo que iba, mi pueblo que de verdad sin llegar llegabas, que muchas veces los colores perdían intensidad, el día se volvía noche y a ella le faltaban las estrellas y la luna, pero para ello estaba mi amado compañero, tejiendo mi felicidad.

Recuerdo los tejados a ras del suelo. Entrábamos por las ventanas. Ahora sé que no podría. Las puertas solo estaban para permanecer cerradas con siete candados. La soledad no existía.

Mi memoria me juega malos ratos. No importa. Abro mi ventana pequeña como un pañuelo y vienen los chicos, mis amados jóvenes desde muy lejos y los abrazo junto a mi pañuelo. Mi mente pensante me mira, suspira. Y pasan los días, las noches, muchas de ellas aun sin luna, sin estrellas. Siento junto a mí su calor, lo busco con mis manos, lo encuentro tranquilo en un sueño profundo. Bien, todo sigue igual.

Ojalá mañana recuerde como fue este día, esta noche, este sentimiento tan profundo como la fotografía que me mandó esta chica que vive tan lejos y la quiero tanto.

kike morey

Escrito por Mabel Cruz Miranda

fotografía: Paula Arbide