ISSN: 1578-8644

LUKE nº 147 - Marzo 2013



Poemas

Ivan Wernisch

IVAN WERNISCH. LA HISTORIA DE UNA GOTA DE LLUVIA (Tercera parte: La vuelta a La Forthelada)

¿Qué es La Forthelada? Es un lugar por donde pasan los jinetes extraños con los cuervos atados a los cinturones. Es un lugar donde hay cementerios, un lugar donde hace frío y donde entierran a los pantomimos. Es un lugar de jardines nevados y de silencio. Lugar donde aparecen sombras y personas inventadas. Es un lugar soñado de noche y de día. Es un lugar mágico que quizá no deberíamos o no querríamos conocer.

¿Es un Castillo de invierno? ¿Es una Casa fría? Podría ser una Fortaleza helada, una Forthelada.

Después de haber descartado unas quince posibles traducciones de este neologismo de Ivan Wernisch, que da título a su excelente poemario de 1965, opté por el último: Forthelada. Mantengo la palabra cuatrisílaba acentuando la penúltima, igual que el original: Zimohrádek. El neologismo está compuesto por dos palabras: Zima (frío, pero también invierno) y Hrádek (diminutivo del castillo). El traductor de poesía no tiene un trabajo fácil. No siempre se pueden invertir los poemas de un idioma al otro sin problemas. Espero que me haya acercado lo más posible y que el lector hispanohablante pueda sentir la atmósfera de este poemario.

Bienvenidos a La Forthelada.

David Matuška Olzín


Otro fin de otoño

I.

Le dije adiós, pásalo bien,
y ella contestó adiós, ve adónde quieras,
le dije adiós, siento que no pueda volver a verme
con esos jinetes extraños,
de los que te había contado
y ella contestó
lo sé, me dijiste
que los habías encontrado
por aquí
que tenían cuervos en los cinturones
adiós, tú también vete ya y átate
un cuervo en el cinturón.

Le dije adiós, Bárbara,
ya no me acuerdo por dónde iban,
los vi, cómo
entraron en el bosque,
intentaré seguir sus
huellas, pasaron por el bosque.

Adiós, le dije otra vez.
No replicó nada
y la habitación, de la que salió,
como si estuviese con la nieve blanca pintada.

II.

Ya no volveré a ver
a esos extraños.

Miré dentro de un árbol hueco
y alguien se movía allí, susurrándose algo.

Dije.
Ojalá que por lo menos los pájaros se echen a volar montados en sus caballos.

III.

Alguien se movía
y se susurraba algo
en los agujeros,
escarbados por los animales
y en los nidos.

IV.

Ya no volveré a ver
aesos extraños.

Funeral de un pantomimo

Ventarrón y otoño son voces del mismo silencio,
al que ya no percibo. Daba vueltas por casa con una flauta.
Pensé que los jinetes no volverían aquí,
hasta La Forthelada
pero por la mañana vi a uno
con un perro, hasta la mitad de su caballo.
En el jardín prendió fuego y se puso a hacer la sopa
el perro rodeaba los arbustos llenos de púas
y encontró algo.
El hombre apartó la caldera,
se agachó
y miró donde miraba el perro.

Me llamó.
El hombre al que encontramos allí tenía la faz blanca
y las cejas pegadas como un pantomimo,
igual que los labios,
con las comisuras alargadas para abajo.
El pantomimo.

Ventarrón y otoño son voces del mismo silencio,
al que ya no percibo. Daba vueltas por casa con
una flauta.

Los cuervos

Estamos en enero. Cojo el sombrero y bajo
por la escalera nevada sosteniéndolo delante de la cara.
El suelo del mirador al que subo está cubierto de arena o de un trigo. Apenas abro la puerta los cuervos se echan a volar en mi contra y hallan asientos en las sillas. Estamos en enero.
Bárbara con ambas manos coge a un cuervo, lo suelta por la ventana, luego se sienta delante de mí y yo veo que se avergüenza.

Krchov

Por el agua lluviosa que es verdad. El sartenero corroe
en la pared de cocina; por el agua lluviosa, por la cereza con una cicatriz
pajarera, ya la estamos pasando mal.¿Qué crees-es verdad? ¿Por el agua
lluviosa y por el alegre decir en dos, es verdad?

Séame.

Por la lluvia en la aldaba de casa séame.

El silencio

Dentro de la chimenea de una casa otoñal arden las telarañas,
y las cartas de tarot,
arde la paja alrededor del frasco dos veces bebido hasta atravesar el fondo.

En la puerta recito la despedida y con los tacones de nieve voy a bordear mis árboles huecos llenos de comadrejas.
El loco de tarot.
Con los tacones de nieve
hablo al lado del pozo
con mis perros muertos.

El jardín

Alrededor de una pared desmoronada por la viña virgen
está paseando el maestro de césped
con el maestro de arado
maestro de hoja limpia
con el maestro de Jardín de amor
–detrás del muro se hunde un pantano
debajo de los arbustos inverdes.

En el Jardín de amor
desmoronado por los enterradores
el peregrino acostado al otro lado de la pared
cuya viña virgen
enseñaba su contrahaz a los maestros
-la viña de la virgen.

El arroyo la arena
sobre las rodillas negras
de los arbustos amontona
y un pelito hace caer de la haz,
para el que el maestro
de hoja limpia
un foso ahonda.

David Matuška