ISSN: 1578-8644

LUKE nº 147 - Marzo 2013



Al oeste de Kutaisi

Enrique Gutiérrez Ordorika

Cómo doblan esos gritos imitadores. Y como, de repente, me doy cuenta de que los versos imitan a las sirenas… Que plagian a los gritos, imitándoles ...

"Antes el vuelo del ave que pasa
y no deja huella que el paso del
animal que queda recordado sobre
el suelo".
Fernando Pessoa (El Guardador de Rebaños)

Leyendo a Fernando Pessoa

Asomado a la ventana del libro inocente, recorto la silueta del hombre solo, poeta que vuela y cuida rebaños en un descuido. Y yo, pezuña rebaño, ni siquiera poeta, alabo su pie que pisa tierra, y el ave que toca suelo y se alimenta. Porque antes que el vuelo del ave que pasa y no deja huella, el paso del animal que es paso cubierto de polvo, y ni siquiera poema o poeta, tan sólo pellejo que algún día tuvo hambre.

Hacer la vida

Mayakovski se ha perdido, encuadernado en una edición barata; como libro se han perdido de mis manos los versos que cuentan que es difícil hacer la vida. Hacer... Cómo roban las sirenas esos versos. Cómo se confunden. Cómo doblan esos gritos imitadores. Y como, de repente, me doy cuenta de que los versos imitan a las sirenas… Que plagian a los gritos, imitándoles. Que hacen… Que dicen... Que hacen… Mayakovski no se ha perdido ni se ha encontrado, siempre ha sido difícil hacer la vida.

Apunte

De todos los libros... Escarbando al dios para edificar el templo. Monumento a mi propia sombra. Señora ausente.

Riazán blanco

Han llegado los inviernos. Los versos que cuelgan de estos árboles nunca podrán tener tonos verdes. Querían gritar amor y, dando vueltas al platillo, olvidaron poner un nombre alegre a mi última danza. He llenado demasiados papeles blancos con poemas pensados para no escribirse y, al otro lado del manto azul de la penúltima luna, sedientos pasajeros se quieren beber la blanca nieve. Adiós! Está escrito como despedida… Pero no visitarás Riazán montado a lomos de esas pestañas. Se muere el tiempo y Sergei plantará un nuevo retoño con semillas de una trenza robada a los abedules antes de octubre. Un octubre afligido, como un eco repe o la añoranza de un beso rojo. Si lo supiera Vladimir, el de los versos de trueno, rompería su elegía. Detrás de esos tristes tañidos de campana, en una habitación envejecida del hotel "Angleterre", han escrito rimas para recitar en voz alta Vladimir, nieva, nieva … Mis pies tienen ganas de tus nuevos versos. ¿Por qué dicen que has muerto si únicamente soy yo el que ha envejecido?

Brindis

No tiene dedos el acordeón que entona esta canción triste El mundo tiene seca su garganta, Esenin, el poeta ruso, se ha llevado todo el vino en sus versos.

foto: ardiluzu