ISSN: 1578-8644

LUKE nº 145 - Enero 2013



Lo intrínseco y lo extrínseco

María Luisa Balda

Una casualidad espacial, histórica, genética, de crianza, de encuentros y de otros mil pequeños signos y sucesos, comporta la causalidad de cada humano ...

"Empezar de nuevo" es una fantasía irrealizable
porque el sujeto llega al momento actual
arrastrando las huellas indelebles
de todos los momentos anteriores

Zygmunt Bauman

El pasado es la mayor invención, la mejor fantasía que nos sustenta o que nos martiriza, según sea la representación que construimos sobre nuestros recuerdos.

---

Nuestra identidad, ese conjunto de rasgos propios que caracteriza a un individuo o a una colectividad, está hecha de tiempo y memoria, y tiene una estructura narrativa.

---

Las raíces de lo humano y sus obras se entierran en un pasado que nos ayuda a reconocernos como "nosotros mismos".

Y esas raíces piden ser conservadas: las personas, tanto como los territorios y las ciudades necesitan defender y proteger sus particulares señas de identidad; un modo de conservación que significa defender lo antiguo y valioso, pero evitando caer en el exceso de proteger lo viejo, lo superfluo y, siempre y en todo caso, sin reducir la identidad a estrechuras localistas.

---

Una casualidad espacial, histórica, genética, de crianza, de encuentros y de otros mil pequeños signos y sucesos, comporta la causalidad de cada humano.

Somos parte infinitesimal de esa telaraña tejida por otros a lo largo de siglos de evolución y cultura, y aún todavía hay momentos en que nos sentimos únicos, que creemos que la atmósfera nos pertenece, y olvidamos que nos suspendemos en el mismo espacio donde tantos otros también se empeñaron en sobrevivir.