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Luke nº 144 - Noviembre - Diciembre 2012. ISSN: 1578-8644

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Poemas

Alfredo Rodríguez

LA SANGRE NEGRA, AMOR,
Tengo la sangre negra, las fronteras
Desguarnecidas, de los labios las comisuras
Desgarradas. Traigo la espada curva.

Una laja arrojada en las estelas
De Ziritza sesgó mi pierna, Amor,
Brotaba sangre negra.
Ahora ya sé de dónde procedo, desde dónde
Vinieron a Tierra Naba mis padres,
Por qué son mis raíces
Paganas, odola beltza, Maitia.

La sangre negra, Amor,
Lo juro manaba sangre negra,
Cuerpo y fuego de su espíritu
Conservados intactos,
En los cimientos del cielo deleite
Más que remordimiento.

II

Gaiez sugearen forman xin bita ekustra Jaingeiko bat,
Anfitrioi ikusezina,
Borondateak irabaziz esan dit:
Inon ez nago zuregandik urruti.

UN DIOS QUE DE NOCHE ME HA VISITADO
En forma de serpiente,
Anfitrión invisible,
Ganándome la voluntad me ha dicho:
En ningún sitio estoy lejos de ti.

III

SI ESTOS VERSOS AL RITMO DE LOS GOLPES
Con sus bastones en el suelo son los relatos
Transmitidos por bardos,
Adormecieron el dolor de este hombre,
Porque traen desnuda la hika, la lengua
Misteriosa acusada de impiedad,
La sacra lengua de los trovadores
Perdida en viejos cálamos,
Repujada sobre planchas de oro.
Guía del peregrino son, las venas
Abiertas de la tierra,
Aquellas que en mí encuentran
Su más cumplida réplica.

IV

Ez zen inolako banderaren menpe egonen,
Ez zen inolako klanekoa izanen,
Bizitzaren plazerrez, karen ilusio garestiez,
Disfrutatzeko egartsua

Karen gustu finak ez ito
Epel gogoa izateko;
Gizon zoriontsua izan
Bere bizitzeko desio guztiarekin

NO SE HABRÍA ALISTADO BAJO BANDERA ALGUNA
Ni pertenecería a ningún clan,
Sediento de disfrutar los placeres
De la vida, sus caras ilusiones;

No reprimir los gustos delicados
Para semejar tibio,
Ser hombre afortunado
Con todo su deseo de vivir.

Uno escribe poesía como aquellos jóvenes lacedemonios iban prestos a la batalla. Carne joven sacrificada. Al despedirse de sus madres antes de partir se juramentaban: volverían victoriosos portando su escudo o si no, volverían yacientes aupados sobre esos mismos escudos a modo de camillas, por haber muerto heroicamente en combate. Mas nunca desertar. Porque uno escribe así, como un náufrago que ha de sobrevivir a su tiempo, aquel que le tocó vivir. Aceptar lo escrito y aceptarse como poeta. Nunca esconderse. Con ese convencimiento uno escribe. Con esa entrega que quiere ser total y absoluta. O todo, y la victoria si llega y sus laureles, o nada. Humo, polvo, sombra y nada, que decía en aquel viejo verso Góngora.

Alfredo Rodríguez

Alfredo Rodríguez nació en Pamplona en 1969. Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra (1992), es autor de los siguientes libros de poemas: Salvar la vida con Álvarez (2006), La vida equivocada (2008), Regreso a Alba Longa (2008), Ritual de combatir desnudo (2010) y De oro y de fuego (2012). Sus versos aparecen también en la antología Nueva poesía en el viejo Reyno, ocho poetas navarros (2012). Luke presenta una selección de poemas Extraídos de su libro inédito URRE AROA, Seis poetas de Tierra Naba.