Espacio Luke

Luke nº 136 - Febrero 2012. ISSN: 1578-8644

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Poemas

Mari Carmen Martínez Galindo

Despertando palabras

Palabras estancas,
palabras derechas
¿derechas?
Palabras dormidas,
palabras cansinas,
palabras ausentes,
palabras hidalgas,
palabras transeúntes,
palabras de acción,
¿acción?
Palabras asesinas,
palabras absurdas,
palabras hirientes,
palabras ciegas,
palabras sordas,
palabras ásperas,
palabras malolientes,
palabras durmientes,
Palabras, palabras, palabras,
¿Y el hombre?
Palabras, palabras y más palabras.
¿Y la mujer?
Silencios, silencios y más silencios.
¿Y lo humano?
Palabras, silencios,
y más palabras y más silencios.
¿Y la humanidad?
Despertando palabras.

Instrumento poético

Instrumento poético,
descanso certero.
En el descanso hallé esencia sublime, poesía.
Así alimenté los versos de mis pechos marcados,
así encontré poesía.
Los versos descansan en mis nalgas,
dibujando desiertos en mi alma,
así encontré poesía.
Tiernos besos de espada dulce,
sutiles grandezas de flacos pensamientos,
así encontré poesía.
Si tuvieras los ojos de tu alma abiertos,
si tuvieras los oídos de tus pasos mansos,
sabrías que yo soy poesía.
Y lo hizo Lizano,
poner lizanías en mi universo.
Lizanía en cada uno de los seres.
¿somos seres o estancias?
Las estancias remilgadas
buscan y entumecen.
Disperso, disuelto es lo estanco.
¿Y si soy?
ser es ser, al menos,
ser poesía.

Cervanta

¿Quién vino a pagar la dote?
Nadie hay dispuesto.
Fue tu carne el premio
y ahora abandono.
Fue tu carne el premio
y ahora ignorada.
Olvidan tu esencia.

Paseo por las calles,
la gente murmura.
Paseo por las calles
y mis oídos lloran,
buscan en tu carne premio glorioso
¡estúpidos!
Olvidan tu esencia.

Tu camino desprotegido
¡estúpidos ignorantes!
Llamando a tu alma puta,
gritando a tu alma ¡Cervanta!
Pronto tu carne ausente
golpeará en su frente.
Olvidaron tu esencia.

Nunca tomaron tu esencia, sólo carne.
Carne sola, ausencia,
alma sola, cervanta.
Aquellos que tomaron tu carne,
violadores de esencias,
todos hipócritas,
caballeros desalmados
de promesas de palabras vestidas,
palabras traidoras.
Caballeros falsos de reinos falsos,
humanos falsos de carnes falsas,
sin manos donde sostener tu esencia,
en ellos sólo soy Cervanta.
¿Quién vino a pagar tu carne, polvo y cenizas?
Yo muerta en este mundo extraño,
te encuentro.
Poséeme, mi carne es tuya.
Conviérteme en una carne.
¿Quién paga?
El olvido paga la factura,
el olvido me llama Cervanta.
Y son tus ojos Miguel
desnudando mi carne,
Miguel, sigue mirando
porque a ti me entrego,
yo tu Cervanta.

Puertos

En este mundo hay un puerto,
con amarres y armadores,
de barcos mortales amarrados,
galeones rezumando pesadas fragancias,
barcos de colores vivos, de sangre viva,
la Muerte.
Barcos pintados de lindos colores,
sus quillas alegres corean canciones
de amarres y amores,
hospedando a peregrinos sin sino
y sus velas disimulan
ser amigos de la Muerte.

La Muerte se teme a sí misma,
está en el puerto acechante,
miedo tiene de perder
lo que fue humano.
Hombre de vida,
de puerto sin sino
esclavo eres de tu suerte,
es la Muerte el jefe.
La muerte tiene miedo de sí misma.
El hombre del miedo
es muerte abrasadora.
¡Tú hombre, tú miedo!

Nací en Barcelona, un viernes soleado, 23 de mayo de 1969 para más señas. En mi DNI consto como M.ª Carmen Martínez Galindo. Trabajé sin saber por qué en la industria del cine española. Con el tiempo y sintiendo que no encajaba en nada, me diluí en proyectos que me condujeron a un callejón sin salida, aprendí que la vida hay que vivirla sin renunciarse a uno mismo. Mi hastío se transformó en una recopilación de poemas que publiqué en Bubok, Realmares, una manera de canalizar mi vida de entonces llena de desazones, soledades y decepciones. La literatura y el arte llenaron unos huecos que permanecieron igualmente vacíos. Recientemente he sobrevivido a un cáncer de mama, experiencia que decidí compartir a través de un blog llamado Diagnóstico Cáncer. Y ahora nuevos rumbos, nuevos mundos cincelados desde la incertidumbre de quien no tiene nada y lo tiene todo. Sigo buscando mi identidad.