Espacio Luke

Luke nº 138 - Abril 2012. ISSN: 1578-8644

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Amiga íntima

Antonio Tello

Tras el último estertor del orgasmo siguieron acariciándose y besándose vencidos. En ese instante sonó el teléfono y se separaron como si un intruso acabara de entrar al dormitorio.

Clara ¿eres tú?, sonó una voz exaltada en el auricular.
Sí, soy yo Martita ¿qué sucede?, miró al hombre y apretó los labios, pero él siguió mirando el techo.
¿Sabes algo de Jorge?
¿De Jorge?, el hombre la miró y le acarició el cuello con el dorso de la mano. ¡Claro que no! Cuando salí de la oficina, él seguía allí.
Mira la hora que es y no ha llegado a casa…
No lo sé, Marta, quizás se haya ido a tomar una copas con algún amigo.
No te habré despertado… ¿verdad?
No, estaba leyendo. Sonrió al hombre.
¿A tomar unas copas con un amigo? ¡Con una pava querrás decir!
No te pongas así, quizás esté a punto de llegar...
¡Una mierda! Seguro que está con alguna puta, porque es un vicioso, para él todas las mujeres están buenas, aunque sean unos loros mientras tengan las tetas grandes para él están buenas…
¿Así que le gustan las tetas grandes?, el hombre sonrió al oírla y le acarició las suyas, pero ella lo apartó con un manotazo cariñoso.
¡Estoy harta, Clara, harta! ¡Ya no lo aguanto más! ¡Ese cabrón me vuelve loca!
Escúchame Martita, Jorge no es mala persona, no es muy inteligente, pero es buen tipo, el hombre se encogió de hombros, tranquilízate y vete a la cama a dormir.
¿A dormir? ¿Me dices que me vaya a dormir?
Sí, es lo mejor…tómate un valium y vete a dormir y ya verás que llega enseguida.
No tomaré ni un puto valium, lo esperaré levantada a ese cabrón y ¿sabes lo que haré un día de estos?
Déjame decirte una cosa, Martita…
Sí, ya sé, estás cansada, tienes sueño y quieres colgar…
No, no voy a colgar, estoy contigo escuchándote y quiero ayudarte…soy tu amiga ¿no?
No, lo que quieres es colgar porque te fastidia que te haya llamado a esta hora…estabas durmiendo ¿no?
Te dije que estaba leyendo y no quiero colgar…
Te voy a decir lo que le haré un día de estos…acabaré con él.
¿Cómo acabarás con él? ¿Qué quieres decir?, miró alarmada al hombre.
Lo dejaré, lo mandaré a la mierda por cabrón y mujeriego, sí, eso es lo que haré.
Hazme caso, Martita, vete a dormir, descansa, ya verás que enseguida llega, miró al hombre como disculpándose y éste sonrió.
No, haré algo mejor que irme a dormir…
¿Y qué es mejor que irte a dormir Martita?
Ir a tu casa…
¿Ahora?
Sí, ahora.
Pues…, dudó incómoda, no creo que sea buena idea venir ahora…
¿Ves que no quieres que te joda?
No es eso Martita, sólo quiero que te tranquilices y que esperes a tu marido en la cama o como tú quieras, pero tranquila, seguro que está a punto de llegar…
¿Y tú cómo lo sabes?
Es una suposición…
Está bien, perdona…te haré caso y me iré a dormir.
Bien Marta, descansa, mañana te llamo.

Colgó y, después de respirar hondo, se tiró sobre el cuerpo desnudo del hombre, pero éste, como ajeno, no reaccionó.

Me pone nervioso.
Está jodida, pero no podemos hacer nada.
No, no podemos hacer nada, dijo él.

El teléfono volvió a sonar y Clara lo descolgó con un gesto de resignación.

¡Clara! ¡Ya está aquí!, la voz sonó triunfal y aliviada.
¿Quién está ahí, Marta?
¿Quién va a ser? ¡Jorge! ¡Acaba de llegar! ¡Un poco borrachito, pero bien! ¡Mañana te llamo!

Ilustración: Carlos-Esteban Resano Vasilchik

Ilustraciones: Carlos E. Resano Vasilchik