Espacio Luke

Luke nº 138 - Abril 2012. ISSN: 1578-8644

Busca los autores o artículos de LUKE desde Enero de 2000.

Genitales masculinos y morfo-determinismo)

Susana Moo

¿Se puede saber cómo son los genitales de un hombre observando el resto de su cuerpo? Me gusta trabajar mi imaginación haciendo este ejercicio de análisis. Es un asunto que me preocupa bastante y al cual procuro dedicar tiempo reflexión.

Existen ciertos presupuestos que afirman que los hombres bajos la tienen grande. Cierto, hay casos verdaderamente impresionantes –en alguno la comparativa es impactante–, pero no podemos generalizar: no es regla exacta.

Se comenta también que la nariz va pareja a la minga, nariz redondita y respingona: minga corta y gordona; nariz aguileña: picha serpentina; narizota: polloncio. Mola observarles la nariz e imaginar cómo van calzados. Especialmente a esos que te hablan tan serios con sus corbatas y sus cuellos duros sin saber que las napias, justo en el centro de la cara, delatan.

En Oriente valoran mucho un mentón prominente, como símbolo de virilidad, de potencia y de poderío entre las ingles. Suelo fiarme de los orientales en materia sexual, pero tengo mi propio criterio al respecto: los antebrazos.

Desde la muñeca al codo, los antebrazos de varón son faliformes. Cuando un hombre te está haciendo el típico trabajito manual y tiene su mano hundida en tu vientre, es estupendo sujetar el antebrazo con ambas manos como si de una inmensa verga dura se tratase y darle rico de arriba abajo, con fuerza y sin complejos. Es estupendo, además, que tengan dos antebrazos y tú puedas tomar uno con cada mano mientras el otro protagonista de este cuento, surca entre las aguas de tu mar.

Octubre, 2008

Comentarios

Comentario de L. octubre 29, 2008 @ 2:52 pm
Curiosas esas comparaciones, la de forma de «Ele» cuando decían que los altos la tienen pequeña y viceversa... o lo de la nariz, también lo había oído (pero para nada) y la otra qué susto... pensé que la tenían como su antebrazo... jeje...

Sueño

Es una pena, pero no se puede poseer a todo hombre que se desea. Es una fatalidad, pero incluso no se puede yacer con todos los hombres que deseas y te desean a ti. Hay que aceptarlo como es, quizás en un mundo más primitivo esta situación fuese inconcebible. Pero en nuestra civilización, más vale agachar las orejas y aceptar esta sinrazón.

La naturaleza, siempre sabia, a medida que nos fue quitando espontaneidad en la monta, nos fue dando imaginación y fantasía. Incluso para los que se cierran a esa posibilidad, está el inconsciente para vivir deseos reprimidos.

Hoy el mío me dio un regalazo: esta noche soñé con ese hombre que se me niega, con todos esos varones que jamás tendré, materializados en una inmensa verga caliente e inflamada a la que yo accedía de un modo peculiar. Intentaré explicar mi voluptuosa sensación.

Fue, como suelen ser mis sueños, breve y abstracto. De hecho, recuerdo poco más que una imagen; una imagen tan real como si la hubiera vivido ¡No, no! Mucho más real que si hubiese sucedido porque cuando las cosas pasan los sentidos hacen que las sensaciones se dispersen. En lo onírico el sentimiento es puro, destilado por el alambique de Morfeo.

Ese hombre que deseo y no tengo, no me atendía, miraba hacia allá, hacia lo lejos, hacia otra mujer quizás, hacia otro asunto. Había gente alrededor y yo ansiaba llamar su atención, estaba triste porque no la tenía, pero le daba la espalda, me le acercaba hacia atrás.

Entonces ese hombre que jamás tendré entre mis muslos, todavía sin mirarme, se inclina sobre mi dorso. Apoya, como quien no quiere la cosa, su bajo vientre vestido en mis nalgas también vestidas. Era un gesto disimulado, que solo él y yo podíamos percibir. Nuestra pasión está prohibida, nuestros ojos no se cruzan, no nos podemos besar.

En la vida real es impensable que un hombre se te acople de tal modo y el entorno no se dé cuenta, pero en el sueño era así. No había exhibicionismo en nuestro gesto. Me apretaba disimuladamente y me hacía sentir su deseo.

¡Estábamos tan unidos! Su miembro acomodado en la raja que separa ambas nalgas, bien metido entre ellas y crecía, crecía y se endurecía oprimiéndome el culo, que yo curvaba para favorecer el contacto, ofreciéndome.

Es otro imposible: pese a que ambos llevábamos la ropa puesta, su creciente polla se inflamaba como el maíz se hace palomita y yo lo gozaba secretamente allí, entre la muchedumbre ajetreada, ajena a nuestra unión.

Apretando su miembro a mi raja, cada uno mirando hacia algún indefinido lugar y casi, casi hacíamos el amor.

Noviembre, 2008

Comentarios

Comentario de P.R.U. noviembre 3, 2008 @ 11:43 am
Esta situación en la vida real puede pasar, un instante mágico, único, en que dos desconocidos se acoplan momentáneamente, en el metro, en un concierto, en un centro comercial, por un mudo acuerdo no acordado pero bien recibido... Placer secreto, irrepetible, fugaz, y cada uno a su casa con el recuerdo de algo que ni fue ni será, pero existió... Besos cercanos...

Comentario de T.H.C. noviembre 3, 2008 @ 3:11 pm
Hace unos días, yendo en autobús agarrado de una barra vertical se situó a mi lado una bella mujer. Mi mano estaba a la altura de su cuello así que milímetro a milímetro fui bajándola hasta que la dejé a la altura de su teta izquierda. De vez en cuando su pecho se hundía levemente en el dorso de mi mano. Por unos instantes me recordé haciendo lo mismo en mi adolescencia, robando toqueteos. Yo pensaba que no se estaba dando cuenta, pero llegó su parada, me miró fugazmente a los ojos, esbozó una levísima sonrisa y se bajó...

Comentario de Susana Moo noviembre 3, 2008 @ 3:54 pm
¡Ah! Qué momentitos más deliciosos evocáis, P.R.U. y T.H.C. Los dos nombráis el autobús o el metro, excelentes lugares para erotizarnos muy discretamente.

Comentario de K.M. noviembre 4, 2008 @ 8:35 pm
¡Dios!... qué relato seductor... ni necesito cerrar los ojos para vivir este ensueño... tantas veces que mis sueños se reflejan en esa imagen que has acabado de relatar... claro que del lado masculino... te sigo leyendo.

BREVE POÉTICA

Microrrelatos eróticos es una creación de Susana Moo, imposible de ser considerada fuera del mundo del amor y del sexo. Se trata de un libro para erotómanos en el marco de Erotomanías (www.erotomanias.com), dando relevancia a la participación de los públicos; no a modo de testimonio dospuntocero, sino como parte indisociable de la experiencia creativa, imprescindible para que el acto de la lectura sea una realidad, incluso para enriquecerlo aún más y acercarlo a otros públicos.

erotomana

BIOGRAFÍA DE SUSANA MOO

La autora de Microrrelatos eróticos (Red-ediciones, 2011) ha creado un personaje de ficción y una identidad secreta para compartirlos: no se puede saber quién es Susana Moo, aunque sí por qué se considera erotómana: http://www.susanamoo.com/yo-erotomana/

En el prólogo de Microrrelatos eróticos, la autora nos cuenta lo siguiente:

“Inauguré Erotómana hace ya unos años. Con decisión y sin pereza, escribí un libro que se fue directamente a un cajón. Luego otro, que acompañó al primero. Y todavía un tercero. Los tres encerrados con siete candados. Empezaba el cuarto cuando alguien me habló del fenómeno blog. ¡Fantástico! Internet y su garantía de anonimato se me antojaba el zapato que mis pies desnudos necesitaban. Así que tomé las tijeras, descuarticé aquellas historias y las puse en circulación desde www.erotomana.es. Resultó un despiporre porque descubrí que mi pasión, hasta entonces íntima y privada, tenía muchos adeptos. Toda mi voluntad centrada en loar al amor cachondo, el hogareño y conyugal, y el casquivano, que dura tanto como dura dura. Me puse a cantar, a fotografiar con palabras la gentil virilidad que se inflama allí donde es recibida con calor, al pie femenino de curvas sinuosas cuando se desprende por fin del insidioso tacón, a la maravilla de la melena cuando cae libre en cascada, a la murciélaga de la fruta que, para prolongar la cópula, practica con desparpajo la felación a su chico. Me sentí arrebatada: todo era sexo. ¡El mundo rebosante de sexo rico!

La erotomanía es una enajenación mental causada por el amor y caracterizada por un delirio erótico. Pues bien: soy erotómana. El amor sensual me pasma y me fascina y en mi delirio tiendo a creer que la naturaleza, en su excelsa complejidad, se ha ido desarrollando con el único objetivo de conseguir más y más placer en la función reproductiva. Sensible como soy a la fuerza de los instintos, gozo viendo las vulvas abiertas de las flores, disfruto observando sus erectos pistilos; me entretengo siguiendo el vuelo de dos moscas en plena monta y me lo paso pipa cuando tengo oportunidad de presenciar al palomo, hinchado de seducción, persiguiendo a la palomita linda. Me encanta, por supuesto, la monta de los potrancos a sus yeguas; de los cabrones a sus once cabras, de los puercos a las gorrinas o de cualquier otra especie que utilice el curioso sistema de acople genital. Mi divertimento se convierte en pasión al beber en las fuentes del deseo humano, tan asombrosamente prolífico, tan misteriosamente rebuscado, con todos esos fetiches excitantes, represiones lujuriosas, juegos íntimos secretos... con todas esas expresiones artísticas que festejan el amor carnal erotizando los sentidos y el intelecto. En mi delirio considero que una adecuada trayectoria vital ha de pasar por la sofisticación de lo erótico, por la sublimación de lo sexual, por el deleite del detalle morboso y el festejo del chascarrillo voluptuoso.

Así es mi goce. Si quieres, cuéntame el tuyo”.

La edición de tan proteico material contiene no sólo los textos de Susana Moo, sino también los jugosos comentarios de los seguidores de su blog. En Luke reproducimos dos relatos y sus correspondientes comentarios.