Luke nº 120 - Septiembre 2010 (ISSN: 1578-8644)

Búsqueda personalizada
Busca los autores o artículos de LUKE desde Enero de 2000.
Ajedrez
... El rey mira de reojo al peón desnudo que transmuta en el alma de la dama el éxtasis mortuorio del último estambre ...

Enrique Gutiérrez Ordorika

Juego entre dos personas, cada una de las cuales dispone de 16 piezas movibles que se colocan sobre un tablero dividido en 64 escaques. Estas piezas son un rey, una reina, dos alfiles, dos caballos, dos roques o torres y ocho peones; las de un jugador se distinguen por su color de las del otro, y no marchan de igual modo las de diferente clase. Gana quien da jaque mate al adversario.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua

Castillo de Escaques

Sobre la barandilla de la escalinata de mármol, la Dama abandonada, afilando la daga de la venganza en la diagonal de la herida. El Caballo, relinchando muerte sobre el arquero al que el Alfil olvidó pedir la contraseña. El Rey, extraviado por el laberinto de la Torre, sopesando, grano a grano, la arena del reloj sedimentada en la larga alfombra de intrigas. No existe firmamento sobre el tablero en el que brille una constelación amable.

Soldados blancos y negros alimentan las hogueras bajo el sueño ajedrezado de abstraídos indiferentes.

Jaque

El invierno adormece el rosal en el jardín que enroca la torre. Abril brilla en la memoria del alfilado asesino. Seis gotas de sangre caen de los pétalos que se deshojan. El rey mira de reojo al peón desnudo que transmuta en el alma de la dama el éxtasis mortuorio del último estambre. Sobre el escaque blanco, baila la mantis religiosa bebiendo del cáliz de la cópula un renovado jaque mate de la especie.

La vida es ofrenda y tu muerte su única recompensa.

Ejercicios ajedrecísticos

uno.
La ansiedad del peón asomada al borde de la séptima casilla. La dama enemiga acicalándose en el espejo. Y el rey, sin escapatoria, preso de la torre que guarda el vientre del caballo de madera.

dos.
El peón que sueña la metamorfosis memoriza en la cabeza el camino recto, pero el viaje por el tablero ajedrezado está lleno de zigzag en las casillas donde aguardan su paso los enemigos.

tres.
La taza de té a la sombra del almendro. Los múltiplos de arroz en el escaque. Y el imperio celeste levantando una gran muralla para contener la ruina provocada por la belleza que desvela el temblor de la princesa.

Cáncer

La duda emboscada en la diagonal, el alfil blanco a un milímetro del límite del escaque negro y la muerte colándose impunemente por la estrechez del vértice que anuda los rombos en el pasillo.

peones