Luke nº 117 - Mayo 2010 (ISSN: 1578-8644)

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Gritos, Desgarraduras Y Rapaces
... la poesía de Mansour hiere, no da tregua. Un lirismo incontrolable y terrible. Inesperado ...

Emilia Lanzas

Joyce Mansour vivió la gran época del surrealismo en Francia y su adhesión a él, y también su amistad con Breton y Georges Henein, supusieron la salvación para una mujer predestinada a una existencia insustancialmente burguesa. Este libro –una gran oportunidad para conocer en profundidad su obra- reúne Gritos primer poemario de Mansour aparecido en París en 1953, Desgarraduras, de 1955, y Rapaces, de 1960, cohesionados los tres por su "función exorcisante", como apunta Eugenio Castro en el epílogo, "pues arroja afuera lo que en forma de tormentos la asedian". Este carácter biográfico y terapéutico, metamórfico, conforma versos de una sinceridad violenta y subversiva.

He buscado tu nombre en las bocas de los moribundos
Te he besado a pesar de mis dientes postizos
Te he acariciado los senos marcados por la angustia
Cierva a rayas de llameantes ojos
Mujer maldita con pies de jade
Mi sexo te persigue a la sombra de una ola
Indiferente a los años que declinan
Sin dejar nunca
De gritar.

Con toda la fuerza de la negación, la poesía de Mansour hiere, no da tregua. Un lirismo incontrolable y terrible. Inesperado. Porque como afirmó Carrouges: "Únicamente lo inusual puede producir un efecto poético". El cuerpo, tan presente, se disgrega en partes: cabeza, ojos, cuello, piel, boca, tripas, dedos, pecho, vientre… Con una lengua en cada ojo y una pierna en los hombros… Los paralelismos que ondulan el espanto: …Y camina por la sombra de la sombra de la sombra/De la sombra…La falta total de puntuación desboca el sentimiento sólo medido por los márgenes en blanco que actúan como fugaces silencios. Las increíbles imágenes reiteran lo que Bataille dijo hablando de Sade: "… que el impulso del amor, llevado hasta el extremo, es un impulso de muerte". Este erotismo del desgarro se une en Mansour con una sutil indagación romántica en lo oscuro y animal. Pero también con un humor cetrino y lívido:

Suena el teléfono
Y responde tu sexo.
Su ronca voz de cantante
Sacude mi tedio
Y el huevo duro que es mi corazón
Se fríe.

Gritos, Desgarraduras Y Rapaces

Título: Gritos, Desgarraduras Y Rapaces
Autor: Joyce Mansour
Traducción y epílogo de Eugenio Castro
Prólogo de Juan Manuel Bonet
Editorial: Ediciones Igitur
Año: 2009