Luke nº 114 - Febrero 2010 (ISSN: 1578-8644)

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La casa poética de Jorge de Arco
... En La casa que habitaste, y sin excluir por completo las formas clásicas, Jorge del Arco nos ofrece una inigualable métrica repleta de imágenes metafóricas para expresar estéticamente esta experiencia profunda ...

Teodoro Rubio

Decía Valle-Inclán que "las cosas no son como las vemos sino como las recordamos". Y yo añadiría: "Y como las vivimos". En este libro, La casa que habitaste, galardonado con el Premio San Juan de la Cruz 2009, Jorge de Arco (Madrid, 1969) reflexiona sobre el paraíso perdido, la inocencia ida, el amor roto, la fugacidad del presente y la añoranza del pasado, y nos enfrenta con la incertidumbre del futuro. En palabras del poeta, somos esclavos de la memoria, del pasado. Regresa al recuerdo de la infancia, a ese tiempo privilegiado en el que se ven oasis, que de vez en cuando se vislumbran como un espejismo en la memoria: "Mi infancia tuvo almenas / desde donde poder ver paraísos, / castillos de silencio que aún susurran / en la cuna soñada de mis ojos".

Mediante el recuerdo, el poeta madrileño toma conciencia del paso del tiempo, de la soledad, de la culpa y de la necesidad de perdón: "Regresas hoy a lo que fuera tuyo, / a los blancos silencios de la noche, / al lento tiritar de los hibiscos, / al río extenuado de esta casa." El término "hoy", que el autor emplea, nos sitúa entre el "umbral" de la memoria y el sentimiento de culpa con la voz de la conciencia que grita al corazón, quedando su eco en cada uno de los rincones de piel y sangre: "Atraviesas la verja / que separa tu miedo del recuerdo / y pisas nuevamente / la hierba seca, / la culpa y el olvido / que destrenzaras sobre / la espalda de tu adiós".

El término "ahora" potencia la realidad del gozo vivido, desaparecido y, de nuevo, recuperado: "Y es ahora / tu cuerpo un lento y pálido aguacero / donde tan solo la derrota cabe". "Ahora, la soledad reclama su lugar y su instante". "Ahora el luto soy yo". La memoria, pues, es recreada en el plano de la conciencia a través de un monodiálogo con un tú poético en un intento de confesar los errores y recuperar el anhelo de dicha: "Llega una fecha en la que el tiempo antiguo / comienza / a podar los abrojos del recuerdo, / los granos de la culpa."

Para este fin, el autor utiliza una serie de símbolos: eco, casa, luz (lumbre), cenizas, manos-ojos, "la otra orilla" y el binomio "noche-alba", que completa su personal simbolismo en este libro. Aparece "El alba" como alegoría de la Resurrección, así como "la noche oscura" del alma, donde se produce el encuentro con el Misterio, en las experiencias místicas: "(…) La madrugada / es ancha como un río / que nunca desemboca". "Y el día se hace noche / y la noche nos sabe a luna negra". "Crepitan esta noche entre mis manos / la luz sedienta, / el verbo amante, / la desnuda madeja de tu cuerpo". Este símbolo es reforzado por el poeta a través de las imágenes del "pájaro del alba" y el "ángel" del olvido, de alas rotas.

En La casa que habitaste, y sin excluir por completo las formas clásicas, Jorge del Arco nos ofrece una inigualable métrica repleta de imágenes metafóricas para expresar estéticamente esta experiencia profunda. Adquiere una originalidad asombrosa el ritmo, que desempeña un papel importante para expresar la imaginería de la naturaleza y de la unión mística, sobre todo logrado por los continuos encabalgamientos y la combinación de versos de arte mayor (endecasílabos y alejandrinos) con los de arte menor (heptasílabos, pentasílabos y trisílabos), que dan una especial melodía al poemario.

El éxito del libro radica en la unidad temática de todos los poemas y en el uso de los logrados recursos estilísticos. La creación artística se aúna a la experiencia humana y mística de este poemario. Una experiencia vivida, como el mismo autor confiesa hablando de su poética: "Mi necesidad de escribir parte de un desahogo por cantar y contar lo que acontece desde los adentros del alma, por desentrañar los enigmas de la propia conciencia y hacer partícipe a los demás de esos íntimos misterios". Escuché hace tiempo esta frase: "Sólo hay literatura allí donde se tratan los temas que comparten todos los hombres, porque todos los han vivido: la soledad y el amor, la vida y la muerte, la esperanza".

Y en el poemario de Jorge de Arco se hace realidad.

La casa que habitaste

Título: La casa que habitaste
Autor: Jorge de Arco
Editorial: Rialp (Colección Adonáis)
ISBN: 978-84-321-3746-4