Luke

Luke nº 105 - Abril 2009
ISSN: 1578-8644
María Luisa Balda

El lector del futuro II

La brecha digital se ha convertido en expresión común, en una forma de hablar de ese abismo que nos separa según podamos o no acceder a las nuevas tecnologías.

No obstante, la profunda diferencia, la que distingue a los que leen de los que nunca aprendieron a leer, es anterior y se mantiene viva. Y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, al emplear la palabra escrita, amplían esa división preexistente.

Además, los resultados de algunas investigaciones nos advierten de que afloran otras brechas todavía apenas visibles: casi la cuarta parte de los estudiantes de la Unión Europea, que saben leer, actualmente presentan problemas para comprender lo que leen.

Estos estudiantes entienden el significado de las palabras que componen un texto, pero no logran comprender el texto en sí; carecen de lo que llamamos “comprensión lectora” porque, cuando leen, no obtienen información ni son capaces de interpretar o reflexionar sobre lo que han leído.

La mayoría de estos estudiantes, al ser europeos, podrán tener acceso a las nuevas tecnologías, pero encontrarán cerradas muchas de las puertas de información y conocimiento que estas herramientas nos ofrecen.

Los resultados de estas investigaciones nos señalan, entonces, una distancia diferente; una grieta amplia, un nuevo abismo que separará a estos futuros lectores de quienes posean la capacidad de comprensión de la que ellos carecen.

La variedad de brechas que se abren con respecto al conocimiento de la palabra escrita es tan amplia, que imagino a la humanidad asentada sobre un suelo hecho de palabras, pero endurecido y agrietado, plagado de aberturas que separan en partes a los que somos la misma cosa.

Antiguas y nuevas formas siempre profundas de quedar aislados los unos de los otros.

silla y globo