Luke

Luke nº 107 - Junio 2009
ISSN: 1578-8644
Javier Maura

Las hermanas Alba (Parte I)

Conozco a Alex desde hace años, también a Kepa desde tiempo atrás (aun antes de Bassarai, el sello editorial tan selectivo que timonea), y he presentado libros en esta librería, de la que soy cliente habitual. A pesar de eso, me siento intranquilo, porque Las hermanas Alba es una novela compleja, siendo por el contrario fácil de leer. Además, esto no es frecuente y constituye una dificultad añadida, el texto de la contracubierta resume muy bien la novela.

Cuando un autor o autora nos ofrece su obra, nos está invitando a emprender un viaje a su mundo de ficción (a su París en globo, tomando prestado el hermoso título de un libro de relatos de María Bengoa), un viaje que en mi caso, si lo termino, me produce alegría. Alegría por lo aprendido en la historia relatada, por lo aprendido del autor o autora en cuanto a estructura, personajes o la forma de rematarla. Suelo pensar en lo que me evoca para escribir o en la próxima lectura que proyecto. Por tanto, la realidad que ha trastocado la ficción vuelve a su ser.

Sin embargo, al terminar de leer algunas novelas o relatos (una minoría), el final del viaje me llena de inquietud. Me bajo del globo con la sensación de que no vuelvo al lugar del que salí, que alguna pieza de la realidad se ha descolocado. Esto me ocurrió con Las hermanas Alba. Cuando la terminé de leer me quedé un rato mirando al infinito.

¿Por qué dos reacciones diferentes ante obras aparentemente similares? Sostengo que las novelas y los relatos tratan de desvelar los mimbres de los que estamos hechos las personas. El género humano es el único en la tierra capaz de asombrarse al reconocerse, incapaz de encontrar sus límites tanto por arriba como por abajo. Aunque suene a paradoja, somos una caja de sorpresas para nosotros mismos. La mayoría de las novelas o los relatos se limitan a describir la caja. Las otras, entre ellas Las hermanas Alba, consiguen abrirla y mostrar parte de su interior; de ahí la inquietud.

¿Qué es Las hermanas Alba, os preguntaréis? Permitidme la licencia de jugar a la ruleta china, ese juego sicológico que traslada conceptos entre mundos diferentes. Si Las hermanas Alba fuera un pincho, sería a mi entender una croqueta. Una croqueta que se compone de envoltura, masa e ingrediente.

La envoltura

La trama argumental de la novela se resume en los dos primeros párrafos del texto de contracubierta: un escritor vocacional bilbaíno, Alberto Pilares (inciso: Pilares es lo que técnicamente se denomina un “heterónimo” de Alex Oviedo, es decir, en trazo grueso alguien que comparte con Alex su ADN, pero no su DNI), se encuentra en un momento de sequía creativa. Ha publicado una sola novela, pero para su desconcierto se la editan en euskera, lengua que Pilares desconoce. Busca desesperadamente una historia que contar, cuando casualmente le llega la de las hermanas Alba.

Las hermanas Alba son dos jóvenes, guapas y glamurosas empresarias, convencionales desde el punto de vista de la burguesía bilbaína (viven en Bilbao y veranean en Bakio), que patrocinan una fundación cultural y que de la noche a la mañana dejan de aparecer en público sin que nadie denuncie su desaparición. Típico en ciudades abarcables, pronto corren rumores sobre ellas: se fueron porque las amenazaban... y otros. Unos meses después aparece un cadáver en la playa de Bakio, que la prensa relaciona con una de las hermanas.

Sin embargo, a pesar de la desaparición de las hermanas, tanto la fundación como las empresas parecen marchar sin dificultad, gestionadas por un personaje femenino que las suple como si fuera una tercera hermana Alba.

Pilares, que trabaja como diseñador gráfico en una imprenta –por cierto, bastante desastrosa–, va entrando poco a poco en la historia y termina entregándose apasionadamente a la investigación del paradero de las misteriosas hermanas Alba. Se arriesga como un conductor en un camino envuelto en la niebla: ve luces y contornos, pero no calcula distancias ni percibe con claridad. A pesar de eso, no ceja en su determinación.

Lamento no poder contar el final, Alex me mataría, pero me atrevo a opinar que remata la novela con la maestría de los mejores autores de intriga o de novela negra.

(...) Continuará

Alex Oviedo
Alex Oviedo