Luke nº97 Junio 2008

Jorge Molder o la curiosidad del entomólogo.

A la lista de entomólogos que han pasado a la historia junto a Charles Darwin añadiría sin dudarlo el nombre de Jorge Molder, a pesar de que su ocupación es ser eso tan complicado de definir como todo lo que la palabra artista con mayúsculas puede englobar. Las fotografías de este creador portugués tienen algo de disección, de experimento científico o catalogación, el creador es siempre otro es Jekyll y es Hide, es el científico y el sujeto sobre el que se realiza el experimento. Va cambiando de piel en sus dramáticas fotografías en blanco y negro de la misma forma que Pessoa utilizaba sus seudónimos siendo siempre él.

La cuestión de la identidad planea sobre su trabajo de la misma forma que el sujeto el reflejo y el yo. Su obra se nutre de referencias a la literatura, al arte y al cine, sus fotografías se articulan en series que parecen fragmentos de películas inmóviles El rostro del artista y el gesto son casi siempre los protagonistas de todas sus obras, de esta forma siempre vemos el semblante del creador vestido pulcramente con el sempiterno traje de chaqueta y corbata que lo equipara salvando los paralelismos en el tiempo a la vestimenta e iconografía ya utilizada por Magritte. El hombre enchaquetado que aparece en las fotografías es el filosofo Jorge Molder porque así aparece en las publicaciones artísticas pero es fácil identificarnos con ese uniforme universal y sentir empatía hacia su persona.

Acercarse a la obra de Molder es cerciorarse de que todas las series forman un conjunto de gran pulcritud, gusto y coherencia. Sus piezas reflejan su gusto por lo que con el tiempo ha llegado a ser un subgénero de la pintura del que pocos artistas han logrado sustraerse, el autorretrato. Se suele decir que las obras conforman un autorretrato del artista, en este caso no podemos afirmar esto porque Molder siempre se parece a si mismo y parece otra persona a la vez. Fotografiar es congelar, mantener en el tiempo esa es la razón por la que decidimos inmortalizar nuestros recuerdos en papel con objeto de poder revisarlos después. De alguna forma lo que consigue Molder más que congelarse es desdoblarse mirarse reflejado en el espejo desde fuera y obtener la imagen de otra persona que ya no es él. Es frecuente que al mirarnos en el espejo o al observar una foto antigua no nos sintamos del todo identificados y la fotografía que paradójicamente está considerada como estatuto de la verdad es la herramienta que más nos ayuda a engañarnos.

El fotógrafo comparte con el científico una curiosidad insana por todo lo que le rodea, tanto uno como otro buscan atrapar los secretos y la esencia de la humanidad. Realizan pruebas, verificaciones, lanzan hipótesis, tanto el fotógrafo como el científico pueden manipular la realidad, convertir lo subjetivo en objetivo y viceversa. Los científicos a menudo han estado interesado en los dispositivos ópticos siempre han sido conscientes del poder de la imagen igual que los artistas. El científico como el fotógrafo cataloga e inventaría pero los rostros son rostros todos tienen rasgos similares están compuestos de un corpus de bocas, ojos, narices, cejas, piel y existencia. Lo que de alguna forma Molder intenta atrapar tras sus caretas en sus cajas de colección es el tiempo.

Arte

Oscar Marín

Jorge Molder

Acercarse a la obra de Molder es cerciorarse de que todas las series forman un conjunto de gran pulcritud, gusto y coherencia. Sus piezas reflejan su gusto por lo que con el tiempo ha llegado a ser un subgénero de la pintura del que pocos artistas han logrado sustraerse, el autorretrato (...)