Luke

Luke nº 101 - Diciembre 2008
ISSN: 1578-8644
Victoria Salvador

Paul Weller o cómo no ser los Rolling Stones

Con la mitad de cien años recién cumplidos y su reluciente álbum 22 dreams bajo el brazo, el antiguo líder de The Jam y The Style Council, Paul Weller, se presentó el pasado 17 de octubre en Barcelona, en un Espacio Movistar nutrido de fervientes treinta y cuarentañeros/as. Bajo la carpa azul, de pasable acústica y pésimo servicio de bar, el Modfather fue desgranando melodías de sus discos en solitario respaldado por una excelente banda, que gracias a su garra y acertados arreglos supo hacer hasta del mayor éxito de The Style Council – banda ochentera de Weller, denostada por los puristas seguidores de The Jam–, el sedoso himno pop "Shout to the top", una pieza de rock'n'roll.

Weller, genuina estrella británica de origen humilde, cuyos lanzamientos se disparan directamente al número uno en su país, ha gozado fuera de las seguras y acogedoras fronteras acuosas de la Gran Bretaña de una carrera menos constante, a pesar de la maestría incuestionable de sus melodías y el virtuosismo guerrero de sus cuerdas. Subido a un podium desde los catorce años con el gran objetivo de gustar a las chicas, a Weller no se le puede reprochar falta alguna de evolución, que es el sello de los grandes.

"Nunca, nunca quise ser los Rolling Stones. (...) No quiero pasarme los próximos diez, veinte años haciendo necesariamente lo mismo. He visto lo fácil que es acostumbrarte a esa rutina, poner el cerebro en modo "salir de gira". Aparte de dejarte que te limpies tú solo el culo, todo lo demás lo hacen por ti. Te subes al bus y allá vas" (The Guardian, junio de 2008).

Si en The Jam (1976-1982) abrió de un puntazo la puerta de la new wave, desmarcándose de sus colegas punk, que es lo que se llevaba en 1977 cuando los fichó Polydor, con The Style Council (1983-1989) se cargó de un plumazo esa herencia mezclando jazz con pop, colocándose a la vanguardia del revival con el que triunfarían Sade o Everything But The Girl a mediados de los ochenta, y llevándose por delante a toda esa panda de hooligans puristas colgados de The Jam. Cuando deshizo este último invento, su reaparición a principios de los noventa en boca de los cachorros del Britpop, llámense hermanos Gallagher o estudiantes de arte Blur, encarnado en su mayor inspiración, consagró su estatus, que culminaría en el éxito de su álbum más vendido en solitario, Stanley Road (1995). El largo contiene una de las piezas más emotivas de la década de los 90, You do something to me, composición sensible y sensacional al piano que muestra a Weller, hombre taciturno y parco en palabras, en toda su desnudez emocional.

Bautizado por The Independent como el rockero mejor vestido, el siempre estiloso Weller, con una línea propia de polos Fred Perry, achaca su buen gusto a su procedencia obrera. "Crecer, para muchos chicos de clase obrera, significa fútbol, música o ropa. No tienes mucho dinero, pero con lo poco que tengas, debes tener buena pinta" (The Observer, mayo de 2007). Rechazó ser condecorado como Caballero del Imperio Británico.

Weller, un verdadero working-class hero.

22 Dreams
www.myspace.com/victoriasalvador
Myspace de Victoria Salvador