LUKE nº 88

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Literatura

¿Quién es Kjell Espmark?

Paco Uriz

Béla Bartók contra el Tercer Reich
Kjell Espmark
Editorial Bassarai

Béla Bartók contra el Tercer Reich

En el prólogo de su antología La creación renuente escribe Tommy Olofsson que hay dos personalidades: el profesor y doctor Espmark y Kjell, el poeta y novelista. Yo lo conocí envuelto en la admiración que tenía Artur Lundkvist por "un joven que estaba haciendo una tesis doctoral sobre su obra" y el delicado comentario de la poetisa María Wine, su esposa: "También escribe poesía. Y buena..." (Cuando en 1981 lo eligieron como miembro de la Academia sueca me comentó Artur Lundkvist: Por fin una persona que lee en la Academia, con criterio y amplitud de horizontes.) Kjell Espmark terminó la tesis sobre Lundkvist y desempeñó la cátedra de Literatura comparada en la Universidad de Estocolmo. Allí desarrolló una fructífera labor como profesor y autor de lúcidos ensayos literarios. Sus dos libros Traducir el alma y El alma en imágenes son dos clásicos sobre el modernismo en la poesía. Ha tenido algunos alumnos que ya son hoy destacados investigadores y profesores. Quiero citar aquí a Anders Cullhed, traductor de los poetas de la generación del 27, que hizo su tesis doctoral sobre la poesía de Quevedo.

Y está Kjell, el escritor, con una obra muy amplia. Su producción poética está recogida en dos volúmenes: La creación renuente (1958-1984) y Fuera del calendario (2003) que incluye sus tres últimos poemarios. La trilogía Tarde en Suecia (Sent i Sverige, 1968-1975) está compuesta por tres libros, cada uno de los cuales incluye 25 poemas largos (el título tiene resonancias de Sent på jorden (Tarde en la tierra de su admirado Ekelöf). Con una multiplicidad de voces en primera persona, un yo que no suele ser el poeta, se presenta lo que es un paseo por la Suecia de hoy con una crítica visión del deterioro, tan palpable del modelo sueco. Se oye la voz de Branting, el padre de la socialdemocracia, se habla del poder cada vez más alejado del pueblo, de los marginados, la soledad de un moribundo, la muerte de un drogadicto. Esta trilogía, que contenía un poemario titulado El paraíso implacable, fue comparada con la Divina Comedia. El poeta nos lleva en un duro caminar por diferentes situaciones de la Suecia actual, pero Espmark rechazó la comparación diciendo que la única similitud es que ambos autores describen su presente.

Terminada esta trilogía, en los tres libros siguientes, cada uno de 12 poemas largos, de unas cuatro o cinco páginas, que forman también una especie de trilogía, Espmark sale al mundo, hurga en la historia de Europa como si buscase los ingredientes de la civilización occidental en la historia y en la razón, es decir, en algo más que en la Europa de los mercaderes de la que es tan difícil desprenderse. Por allí desfilan figuras de la cultura de Europa: El Escorial, Granada, Osip Mandelstam o Béla Bartók.

Como en su obra sobre Suecia, la voz que más oímos ahora es la de las personas cuya vida fue truncada por el poder, por la fuerza, por ejemplo la víctima de la bomba atómica en Hiroshima de la que no queda más que su silueta impresa en un muro. Un buen resumen del libro podría ser una frase de Ekelöf sobre el futuro de la humanidad recogida en una nota: "No veo otra solución para la humanidad que la clandestina, un futuro de catacumbas, como la del cristianismo primitivo, la cena secreta, la resistencia clandestina contra toda autoridad".

Los tres poemarios siguientes, publicados hace tres años en un volumen titulado Fuera del calendario (Utanför kalende) persisten en su búsqueda por la historia: ruinas mayas, Frida Kahlo... El que cierra el volumen, Los vivos no tienen tumba, es el más personal de sus poemarios. Tras la pérdida de su esposa, el poeta expresa su desolación por medio de una voz sin tumba, la del ser querido perdido. Y en la cuarta parte, Vita Nuova, hay un canto a un nuevo amor, una esperanza de vida. De este libro que tanto me había impresionado preparé en el verano de 2003 una selección para el congreso Poesía necesaria que se iba a celebrar en Valladolid. Con los que ya tenía -había empezado a traducir a Espmark a principios de los 80, primero para la antología de poesía sueca para la revista Litoral, y luego para Poesía nórdica- me encontré con la base de una antología que publicó la Fundación Jorge Guillén con el título de Voces sin tumba, título de una de las secciones del poemario que alude a las figuras muertas que no están en la tumba, sino que viven entre nosotros gracias a la voz que les presta el poeta.

Como novelista es autor de una serie de siete novelas sobre la Suecia actual que llevan el título general de Tiempo de olvido, centradas en diferentes aspectos del surgimiento, la traición y la decadencia de la socialdemocracia. Los títulos de cada novela hablan del tono: El malentendido, La traición, El desprecio, La lealtad, El odio. Si existe un paralelo entre sus poemas y sus novelas, podríamos decir que estas son un desarrollo de aquellos, y que el tema recurrente es el olvido. La necesidad de rebelarse contra el olvido. Como en sus poemas, en sus novelas Espmark sale al mundo utilizando figuras históricas. En El viaje de Voltaire, una obra satírica sobre la situación del mundo, se sirve del filósofo de la razón para describir un paseo por las diferentes crisis del planeta: la Rusia postsoviética, los Balcanes, Suecia, Japón o China.

En su última novela, Béla Bartók contra el Tercer Reich, presenta la figura de un resistente, un intelectual, un músico, enfrentado a uno de los poderes más tiránicos de la historia: ¿Puede un cuarteto de cuerda frenar el avance de un tanque? ¿Puede un cuarteto de cuerda frenar el avance de un tanque? Este podría ser el interrogante que plantea la novela Béla Bartók contra el Tercer Reich, es decir, ¿tiene la obra de arte alguna posibilidad de éxito frente a la violencia? Y el artista es Béla Bartók, el compositor más famoso de Hungría del siglo XX. Un resistente, un intelectual, un músico, enfrentado con su obra y su actitud a uno de los poderes más tiránicos y violentos de la historia. La protesta ante las autoridades nazis por no haber incluido su obra entre la "música degenereda" la firmó como "judío voluntario". Como consecuencia de esta situación Bartók tuvo que huir a EEUU para salvar su creación artística. La huida y la lucha por sobrevivir ante el poder de los nazis es lo que presenta el novelista sueco Kjell Espmark en esta su primera novela traducida al castellano que parte de un día de 1940 en el que, camino del exilio, el compositor se encuentra con su esposa en Nimes, y rebobina su propia historia para presentarnos la vida, los misterios de la creación artística y el fascinante destino de un artista.

Y la trinidad de rostros de Espmark se completa con la presentación que, como Presidente del Comité Nobel de la Academia Sueca hizo de él El País a raíz de la entrega del premio Nobel a la escritora austriaca Jelinek. Espmark quedó encasillado entre los personajes poderosos en el mundo literario. Llegado a este punto, el del poder en el mundillo literario, recuerdo que hace unos veinte años, saliendo del modesto piso de Artur Lundkvist en un barrio de Estocolmo, después de haber comprobado la sencillez y modestia del escritor sueco, me comentaba Gabriel García Márquez: "parece mentira que este hombre tenga tanto poder". Y del tema del poder sabe un rato el Nobel colombiano.

Sobre los premios Nobel, las discusiones y valoraciones que han precedido a la concesión de los premios, nuestro autor ha dedicado un libro que es una mina de informaciones que podrían terminar (si se leyese) con muchos de esos errores míticos que se les atribuyen anualmente a los académicos suecos. En el texto se puede comprobar que, cuando se equivocan (y siempre es discutible la equivocación en materia literaria), no lo hacen a la ligera, sino con una enorme documentación y razonamientos que han llevado llenos de sensatez.

Resumo esta sucinta presentación diciendo que Espmark nació en 1930, en la región de Jämtland a casi mil kilómetros al norte de Estocolmo, es una de las personalidades literarias más notables de la actualidad sueca y que su pasión por la literatura ya sea creación, estudio, enseñanza y divulgación es realmente admirable y para mí envidiable.