LUKE nº 90

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Literatura

Hay quien mira

Pedro Tellería

Hay quien entra donde todo es distinto. Quien cruza la puerta entreabierta. Parques solos. Calles muertas. Casas que lloran por sus ventanas abiertas. Una voz lamenta en la noche su extrema tarea.

Hay quien sabe lo que dice. Quien tiene algún problema. Los hombres que se aprecian. El cariño que se expresa. El ardor de una mejilla. Una voz dice que viven juntos el orgullo y la tristeza.

Hay quien llega al muelle del puerto. Quien sorprende entre barcas una historia que muere. Los barcos zarpan. El sol se pone. Los pies descalzos. Una voz dice al mirar a poniente lloró por sus manos.

Hay quien vive en los extremos. Quien en medio del silencio busca alivios a su pena. Un cine donde estar. Un taxi que coger. Un niño al que mirar. Una voz dice los días de fiesta son iguales entre sí.

Hay quien puso tierra de por medio. Quien tomó la senda que todos temían. El laberinto de uno mismo. El fracaso del amor. La flor sacada de raíz. Una voz dice la vida y el pasado no se olvidan tan deprisa.

Hay quien ve la duda clavada en su frente. Quien ve el cristal de los días que vuelven. El laberinto está por dentro. El cerebro no recibe. Los planetas son ligeros. Una voz dice el sueño de un amor se esfuma en mi llanura.

Hay quien compra la promesa porque el tiempo es amenaza. Quien busca panoramas y un mensaje de esperanza. Un papel. Un reto. La derrota. Una voz dice, si somos como el fuego, mejor morir en el incendio.

Hay quien viaja sin que nadie lo comprenda. Quien sigue extrañas metas sin sentido. Una fuerza sale adentro. Una nota se oye entera. Un deber como el veneno. Una voz dice el reto es medir las fuerzas con paciencia.

Hay quien sabe de la duda. Quien conoce la pereza del deseo. Intentos que no cuajan. Proyectos que fracasan. La corriente. Una voz dice los viajes que no acaban son los más apetecibles.

Hay quien entra donde todo es distinto. Quien cruza la puerta entreabierta. Parques solos. Calles muertas. Casas que lloran por sus ventanas abiertas. Una voz lamenta en la noche su extrema tarea.