LUKE nº 83

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Música

Zarzalejo Blues

De animalesn

Sergio Sánchez-Pando

A un lado de la carretera, junto a la placita situada a la entrada del pueblo, se detiene un coche de aspecto cuidado. Tras abrirse la puerta desde su interior, de él desciende un perro. De tamaño medio y pelo negro, por su aspecto remite a una de esas razas de perros de caza. El animal gira en torno a sí mismo moviendo la cola, contento de verse al aire libre, cuando la puerta viene cerrada con firmeza también desde dentro. El coche se pone en movimiento. El perro apenas se ha alejado medio metro pero le cuesta un poco reaccionar. Confiado corre tras el coche hasta situarse a su altura por el lado de la acera, pero éste acelera su marcha. Pese a sus esfuerzos es evidente que el perro no va a poder aguantar el ritmo, aún así lo intenta en la medida en que se lo permiten sus largas piernas, su tronco esbelto, hasta crear la ilusión de que puede darle alcance. Pero no, cuanto consigue es permanecer fugazmente en el campo de mira del espejo retrovisor. Quizá entonces el señor adulto sentado muy tieso frente al volante sienta la tentación de dirigirle una mirada para comprobar si ha abierto un trecho suficiente, o puede que sea su mujer, a su lado, quien lo haga. De lo que no hay duda es que tan pronto desparezca del espejo ambos se habrán conjurado, sin necesidad de intercambiar una palabra, para no volver a nombrarle. Sólo al perderse el coche a lo lejos desiste el perro. Avanza y retrocede una y otra vez sin decidirse a tomar un rumbo. Corretea por fin hasta el mismo punto en que se detuviera el coche. Allí mira a un lado y a otro, fija su atención en todo cuanto se mueve: algún que otro vehículo que pasa por la carretera, una pareja que camina por la acera de enfrente, pero no reacciona. Tampoco consigue permanecer quieto mucho tiempo. En el instante de entrar en casa le veo trotar, como empujado por la ráfaga de viento, en dirección opuesta a la que conduce al pueblo. Sus aullidos me despertarán en la madrugada entremezclados con los ladridos nerviosos de los perros de los vecinos. No hace mucho tiempo que me mudé al pueblo pero su sonido me es ya familiar.