LUKE nº 83

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Opinión

La meta me mata

El Golem

La meta me mata

Meta, del griego ____, significa 'junto a', 'después de', 'entre' o 'con'.

La metadona es un fármaco opiáceo que se administra como tratamiento sustitutivo a los pacientes dependientes de heroína, permitiendo eliminar el síndrome de abstinencia, reducir el deseo de consumo de opiáceos ilegales y el efecto recompensa resultante del consumo de los mismos. ¿Sería la metaliteratura un tratamiento sustitutivo de la literatura, permitiendo eliminar el síndrome de creatividad, reducir el deseo de trascendencia y el efecto gloria de la misma? ¿Está junto a la literatura, entre ella y otra cosa, con ella o es algo después de ella?

La metaliteratura es literatura que se inspira en si misma. Hay quien la considera como una forma de que una obra perviva a través de otra, como Azpeitia. Vila-Matas afirma que no existe. Otros, como una señal de decadencia creativa y de desconexión del autor con el mundo real. Al Golem le mata. El que la gran mayoría de los ESCRITORES contemporáneos lo hayan practicado no es alegación suficiente para su loa, postura habitual entre los modernísimos. Algunos, disculpando y aún elogiando su uso afirman que toda la literatura occidental ya está en Homero. Muchos ven en ella la modernidad. El Golem encuentra que esa reinvención de lo ya escrito, es como la ambición de participar; tan olímpica ella. -Consuelo, al fin, de segundones-. Es puro fracaso de la creatividad; ambición egocéntrica de mejorar lo que otros crearon o, directamente, parasitismo creativo. Similares circunstancias se dieron con el descubrimiento de la fotografía. Quienes creyeron encontrar la suprema expresión de la naturaleza en aquellos viejos tiempos de arte figurativo, se equivocaron. Nunca los haluros de plata superaron el óleo, ya que se trata de disciplinas diferentes. Y la metaliteratura se evidencia claramente inferior a su arte primordial. Pudo tener su gracia la primera vez, pero sus inagotables imitadores, dejaron de ser divertidos de tanto repetir el chiste. El paradigma de esto sería "Pierre Menard, autor del Quijote", de Borges, quien eleva a su máxima ironía la metaliteratura, sin citarla.

Incluso hay quien la reivindica como un modo de rendir homenaje a la obra original y a su autor. Quizás tendría sentido hacerlo sobre un autor inédito desde hace más de una centuria. Al menos, el remedo podría pasar desapercibido. El perpetrarlo sobre una creación exitosa, no es más que un reflejo mal disimulado de esas envidias, corrillos endogámicos y puñaladas que son tan abundantes dentro de los círculos más misérrimos de nuestro mundillo literario. O, más lamentable, un desprecio a los lectores actuales, convirtiendo una obra en algo más acorde con las más estultas formas y estilos literarios en boga. Su hermanastro menor, el uso de las citas, que para Gabriel Zaid consiste simplemente asumir la tradición es, al menos, más sincera en su plagio.

La meta me mata. Sobredosis de engreimiento y de colgar nuestro nombre de la faltriquera de un CREADOR