LUKE nº 83

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Creación

Poemas

Javier Cánaves

LO QUE QUEDA DE ROBERT FITZROY

Es extraño el destino de los hombres.
Robert Fitzroy, después de besar a su esposa
y a su hija, agarra su navaja
y se rebana el cuello. Es un 30 de abril
de 1865. Amanece despacio. En la ventana,
una luz transparente pronostica
un tiempo más propicio para todos.

A esa misma hora, enfermo y aburrido,
Charles Darwin -aspirante a clérigo de joven-
rememora los cinco largos años
que pasó con su amigo Robert Fitzroy,
embarcado en el Beagle. Fueron,
piensa ahora, tres décadas después,
los días más intensos de su vida.

¿Qué pensó el aclamado, el inmortalizado autor
de El origen de las especies
cuando supo que Robert, al que un día admiró,
se había suicidado?
¿Sintió remordimientos por haberlo humillado
en aquel foro público de Londres?
¿Recordó los cuidados, todas las atenciones
que Fitzroy, capitán de aquel navío,
le había dispensado?

A bordo de aquel barco se gestó la teoría
que incendió los pilares de una fe moribunda,
que alumbró los senderos de la modernidad.

Charles Darwin nos salvó, y, para eso,
tuvo que colocar, en el cuello de Fitzroy
-defensor de la Biblia y sus lecciones-,
la navaja que un treinta de abril lo degolló.

A Darwin todo el mundo lo recuerda.

De Fitzroy queda apenas, anotado en los mapas,
el nombre que le dieron a un peñasco
en la olvidada y fría Patagonia.

CITAS

Te hablaba de Pavese. Del suicidio al engaño
y otra vez en tus ojos. Recordé aquella cita:
Las únicas mujeres con las que vale la pena casarse
son aquellas con las que no podemos
atrevernos a casarnos.
Pediste otro Bombay, abrazaste mi entrega,
y en un arranque burdo de entusiasmo
decidiste nombrarme tu amigo más querido.
Ahora me hace gracia, pero en aquel momento
te hubiese estrangulado.
Brindamos por la Creedence y Sinatra,
así de absurda era la noche. Hoy,
tanto tiempo después de nuestra cita,
revivo con nostalgia tu desprecio,
el mito trasnochado color sepia.
Los libros, la distancia, tantos puentes.
Vivir es hacinar lo que no fuimos,
la citas que una vez nos explicaron.

Javier Cánaves (Palma, 1973) es autor de los libros de poemas Al sur de todo mapa (2001), Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza, Al fin has conseguido que odie el blues (2003), Premio de Poesía Hiperión, y El peso de los puentes (2006), Premio Ciudad de Palma Rubén Darío. Con este libro, Javier Cánaves no sólo cierra su trilogía sobre el sur, sino que da carpetazo a una etapa en su quehacer poético. Algunos de sus poemas fueron traducidos al portugués y publicados en la revista Periférica.