LUKE nº 86

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Creación

Poemas

José María Cumbreño

EL MAL DE ALTURA

Es el mar la referencia
respecto a la que se mide
la elevación de un punto.

Como si la quietud fuese
una propiedad del mar.

El peldaño en el que el pie
se apoya para subir
pierde su sentido
tan pronto como el pie deja de pisarlo.

Barajar no disminuye
el número de cartas:
las mezcla y cambia su orden.
Pero es ese orden distinto,
distinto en cada mano,
el que da y quita valor a los naipes.

Pese a que la profundidad y la altura
no coinciden en el plano,
una implica a la otra.

Cuanto mayor el edificio,
mayores sus cimientos.

El lastre se justifica
por su razón contraria.

El buceador sueña todas las noches
que cae por un despeñadero.
El alpinista, que muere ahogado.
Los dos se levantarán decididos
a escribir por fin un tratado del vértigo.

La decisión que se toma
incluye, al revés de lo que parece,
las decisiones que no se tomaron.

La vida y las vidas posibles.
Los niños que no tuvimos.
Los niños que habríamos tenido.

No conviene realizar recuentos
con frecuencia.
A lo sumo, las comprobaciones
confirman límites conocidos.
Y siempre que se hace inventario
se acaba con la impresión
de que falta algo.

Las luces que parpadean
en las pantallas
de la torre de control.

La luz extraña del faro,
que gira sin moverse.

Despegues y aterrizajes.

El ancla y las velas
no se usan a la vez.

Sin saberlo,
aquellos que han aprendido a volar
han aprendido a naufragar.

ESTADOS DE LA MATERIA

El cuchillo existe porque hiere.
Porque quema existe el fuego.
O quizá no.
No estoy seguro de que lo contrario
no sea también verdad.

Aún no he aprendido
a reconocer las setas venenosas.

Hay hombres que se comen a las vacas
y hombres que las consideran sagradas.
El oído de los ciegos
se desarrolla más.
Los sordos saben leer los labios.

Cuando un imán se rompe,
cada trozo se convierte
en un nuevo imán.

La materia tiene estados
como los tiene la conciencia.

En una progresión ascendente
cualquier término
posee mayor valor que el anterior.

Las fases son partes de un proceso.
Pero con los procesos ocurre
como con el cuchillo y el fuego,
que para ser necesitan
algo que quemar
o alguien a quien herir.

Las líneas verticales ...
¿caen o se elevan?

El orden, combinatoria y fábula,
se inventa.
Es un mecanismo de ficción
que a su vez crea ficciones.

Miles de personas se han levantado
al mismo tiempo para ir al trabajo.

El orden, oposición y fábula,
se inventa.
Teje redes imaginarias
que atrapan vidas reales.

De diez a dos y de cinco a ocho
para pagar una hipoteca
durante treinta años.

La falsa proporción
entre el delito y la pena.

Los herederos aguardan su turno
en el registro de la propiedad.

Muere el creyente confiando
en la resurrección de la carne.

Hay hombres que se comen a los cerdos
y hombres que los consideran impuros.

Ya no quiero entender lo que digo.

Si escribiese de derecha a izquierda,
el hielo del que están hechas las letras
comenzaría a derretirse.

José María Cumbreño nace en Cáceres en 1972. Es licenciado en filología hispánica. Textos suyos han aparecido en revistas como Turia, El extramundi, Reloj de arena, Müsu o Espacio/espaço escrito. Ha publicado dos poemarios y un libro de relatos: