LUKE nº 87

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COMIC: Álbumes juveniles, comic-books, novelas gráficas y otros travestis

Ricardo Triviño

Emigrantes, de Shaun Tan. Guión y dibujo: Shaun Tan. Editorial Bárbara Fiore. Cartoné.

Emigrantes

Últimamente, abrir un álbum de cuentos en la sección infantil de cualquier librería es un lujo, ya no tanto por el precio del artículo como por la riqueza y variedad de sus ilustraciones. Muchos padres deben de pensar: "A mis hijos les encantarán", sin caer en la cuenta que han sido ellos los primeros en sentirse cautivados. Buena muestra de ello es el éxito conseguido por las Princesas desconocidas u olvidadas de Phillipe Lechermeir, retratadas exquisitamente por Rébecca Dautremer, o por El árbol rojo de Shaun Tan.

No hace falta decir que uno de los problemas de este medio, como pasa con la historieta o el cine de animación, es que se catalogan las obras como únicamente destinadas a un público infantil cuando trabajos como el citado El árbol rojo tratan un problema tan adulto como la depresión. Shaun Tan afirma que no se dirige a ningún público en concreto y, pese a ello, librerías y bibliotecas hacen caso omiso. Un diseño gigante y unos dibujos que ocupan más espacio que el texto son razones suficientes de clasificación. De ahí que durante la revolución de la novela gráfica se tenga tan en cuenta el ofrecer en formato de libro literario, pequeño, discreto y serio, productos que años atrás recibieron la catalogación de comic-book, álbum juvenil o tebeo. Hay clientes que, avergonzados por las connotaciones de estos términos, preguntan por "novelas con dibujos", procurando parecer más "serios", sin darse cuenta que están pidiendo Alicia en el País de las Maravillas (libro, asimismo, injustamente etiquetado).

Gran número de dibujantes de historietas proviene del mundo de la ilustración o ha jugueteado con ella o, directamente, se ha afincado allí con bonitas vistas al negocio del diseño publicitario, mucho más rentable hasta ahora que el de la viñeta. Winsor McCay fue un ilustrador virtuoso y un no menos genial historietista con su impagable Little Nemo. Marjane Satrapi, autora de la aclamada Persépolis, también ha ilustrado recientemente su propio álbum de cuentos llamado Ajdar, del mismo modo que Juanjo Sáez, Max y tantos otros hicieron lo mismo. En sentido contrario nada ahora Shaun Tan, artista archipremiado por sus libros ilustrados como The rabbits o La cosa perdida, que se ha lanzado a publicar una historieta de 132 páginas sobre la inmigración sin una sola palabra pero con unas ilustraciones sobradamente autosuficientes y evocadoras, de una calidad soberbia, que dejarán impresionado a quien se sumerja en ellas.

Emigrantes es una historia gentil sobre los colonos de la pobreza donde se relata la adaptación a una gran ciudad de un hombre que se ha visto obligado a dejar su tierra atrás en busca de una vida mejor para su familia, haciendo hincapié en temas como la complicada burocracia de los "papeles legales", las barreras idiomáticas, la soledad y las pobres condiciones de vida y de trabajo. No obstante, pese al realismo de las figuras y los hechos, todo está recubierto por un toque fantástico y onírico que lo convierte en un bonito cuento de hadas. Una pátina de nostalgia plasmada en los tonos sepia de las ilustraciones y un cuidado diseño similar al de un álbum viejo de fotos enmarcan un mundo idealizado donde los inmigrantes, indiferenciadamente de su lugar de origen, se ayudan desinteresadamente, formando una sola comunidad sin guetos que, pese a las diversas penurias, ve la nueva urbe como un paraíso. Este maniqueísmo, junto a su plenitud gráfica libre de palabras, lo convierte en un trabajo de fácil acceso para que tanto mayores como pequeños puedan entender un fenómeno que, posiblemente, estén viviendo. Desgraciadamente, está colocado en la sección de adultos porque, claro está, ahora es una "novela gráfica".