LUKE nº 81

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Creación

Pez de tierra

Dos visitantes de fin de año

Angela Mallén

TÓRTOLA

Iba abstraída en mis cosas, cuando veo a una tórtola que picoteaba un bocadillo a la salida de un garaje, en la calle Manuel Reverter. La tórtola estaba sola, sin ninguna compañera como sería lo habitual en ellas. Bailaba como un apache alrededor del bocadillo. De vez en cuando le pegaba un picotazo y luego seguía danzando. Yo iba a comprar el periódico, pero me quedé pensando un rato de qué sería el bocadillo.

En el camino de vuelta vi que la tórtola ya había volado. La media barra de pan tenía la miga teñida de rojo pimentón. Por lo visto la tórtola se había comido solamente el chorizo.

PAVO

Sobre su catafalco de patatas al horno, ya estaba servido el pavo. A su alrededor, adornando la mesa de Navidad, ardían cuatro velas doradas. Las tres parejas de invitados departían animadamente. Por todo el salón flotaba una apetitosa fragancia a carne rustida. El anfitrión levantó su copa en señal de opertura. El DVD emprendió los primeros acordes del minueto. Nadie reparó en el ala que se movía por debajo de la guarnición.

En el instante de ser trinchado, el pavo comenzó a levitar sobre las servilletas decoradas con hojas de acebo, sobre los candelabros adornados con muérdago, y luego ante los ojos asombrados de los comensales. Las bombillas y los aparatos eléctricos de la casa estallaron. Una estela lumínica redentora se abrió ante el pavo. Se le vió alargar el cuello decapitado, agitar los muñones torrefactos, y, siguiendo un haz de luz muy resplandeciente, iniciar su ascensión a los corrales celestiales.

El anfitrión preguntó si alguien llevaba un móvil, ya que no funcionaba la telefonía fija. Seguidamente marcó el número de una pizzería.