LUKE nº 84

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Música

Banda Mítica Versión 2.0

Victoria Salvador

U2 version

La aparición hace su entrada. No es posible, debemos estar todos soñando. Pero no, esto es la radio. En la redacción se giran todas las cabezas a su paso y en las peceras hay varios pares de ojos que intentan cazar una instantánea. Lleva la camiseta de tirantes blanca, los pantalones ajustados, el corte de pelo, el bigote poblado, pero lo más es su actitud: ¡Freddy Mercury ha resucitado! Se llama Pablo Padín y es argentino, pero bien podría tener por apellido Mercury o Mercurio, porque por sus venas corre, sin duda, el ADN de la Reina desaparecida. "Dios salve a la reina" son una banda tributo de Queen, de la que Pablo es vocalista, y sus actuaciones son un sueño, una fantasía, una orgía musical mayestática. Suenan a Queen, se parecen a Queen, bordan a Queen. Pero ellos, aparte de ser unos músicos excepcionales, son sólo una pequeña muestra del fenómeno de las bandas tributo - un nombre mucho más amable que el de bandas clónicas- que se ha esparcido como un virus y que eclosionó en Australia a finales de los 80. Hartos los vecinos de las antípodas de que sus grupos favoritos les dejaran de lado en sus giras para ahorrarse unos miles de kilómetros y unas horas de jet-lag, no tuvieron el menor reparo en empezar a imitarlos. A uno de esos grupos, que hacía furor en el país de los canguros, se le ocurrió plantarse en la Gran Bretaña. Pero no de cualquier manera. Los "Björn Again", que así se llamaban, y que eran inconfundiblemente unos Abba rejuvenecidos, se presentaron a principios de los 90 en el aeropuerto londinense de Heathrow, llevando monos de pata de elefante, lentejuelas y colores poco discretos, como los que lucían los 4 suecos en la portada de su disco de 1976, "Arrival" ("Llegada"). A ver, con esa puesta en escena, ¿quién hubiera pasado de ellos, sinceramente? Yo no. Hay bandas tributo de cualquier grupo o intérprete imaginable. Las hay que realizan un espectáculo brillante y aterrador por su semblanza, como los Queen argentinos, otras que, además de tocar las canciones según marca "el librillo", se atreven a crear versiones que la propia banda original quizá no haya grabado nunca, como los "Please", banda barcelonesa de tributo a U2, e incluso hay bandas que mezclan tributos, como "Beatallica", que versionan melodías de los Beatles al estilo Metallica, y que ganaron recientemente un juicio sobre derechos de autor. No sabemos si los que les interpusieron la demanda fueron los de Liverpool o los chicos duros de Los Angeles. Aún más "bizarra" es la historia de Tim Owens, cantante de una banda tributo de Judas Priest, que acabó siendo el vocalista de la formación original durante 7 años, grabó 3 discos con ellos y vio su vida reflejada en el celuloide, en la película "Rock Star" (2001), protagonizada por Mark Wahlberg y Jennifer Aniston. El rizo lo rizan los "Mini-Kiss", una banda clónica de los Kiss formada por... enanos. ¿Sigo?

El fenómeno de las bandas tributo, como decía, está ya extendido por todas las latitudes. En Cataluña hay una muy buena cantera: es de aquí la cuarta mejor banda tributo de los Beatles según un concurso internacional, "Abbey Road"; los ya nombrados "Please", que fueron elegidos y contratados por la discográfica de los mismísimos U2 para hacer conciertos de promoción de lanzamiento del álbum "How to dismantle an atomic bomb" y la gira "Vertigo 05" de los irlandeses (aunque luego, según me contó el vocalista, tuvieron que pagarse las entradas al concierto de sus ídolos en el Camp Nou de su propio bolsillo...); Smoking Stones, con 11 años de directos a las espaldas versionando a Jagger y compañía; Oscar Barón & The Scarelvis Band, cuya voz, según ha revelado una máquina -¿será un polígrafo?-, muestra un 83% de similitud con la del Rey de la Pelvis. Y podría nombrar unas cuantas más. Todas ellas se encuentran en la web www.bandastributo.com.

La voz discordante también se ha alzado. Si por un lado las masas -entre las que me incluyo- disfrutan y se quedan con la voz ronca en los conciertos de todos estos excelentes músicos berreando aquellos éxitos que quizá no podrán oír ya nunca más en directo por razones de lo más diverso, los más críticos tienen en el blog chileno http://nobandastributo.blogspot.com/ su rincón en la red. El equipo redactor del blog achaca el "estancamiento cultural/musical" en las bandas chilenas al fenómeno de las bandas tributo, y afirma "que no está presente por una carencia de calidad, originalidad, trabajo ni profesionalidad de parte de las bandas "no tributo" (o sea, las bandas de verdad)." Nadie duda de ello, como tampoco hay por qué dudar de la honestidad y buen hacer de la mayoría de las bandas tributo, compuestas por verdaderos músicos que pueden rozar la virtuosidad en su recreación y que ven esta vía como una puerta de acceso a la notoriedad -muchas han sido oficialmente "bendecidas" por miembros de las bandas originales-, para que incluso, en algunos casos, llegue ese empujoncito para dar a conocer material propio y original.

Además, ¿qué grupo no ha empezado su carrera musical honrando o destrozando a sus héroes, según el caso? No creo que a David Bowie le hubiera gustado la versión que unos chavales zarrapastrosos de un colegio dublinés y que respondían por "The Hype" (los futuros U2) hacían, allá por los 70, de "Suffragette City"...