OTROS : "400 Euros en diez pasos" inés matute

One: Lo que más sorprende a Tina es el goteo constante de ninfas - Criaturas adolescentes. Mujeronas, a la vista está que son rebrincadoras. Tipas añosas, por no decir viejas- y la luz fría, desamparante, propia de una cámara mortuoria. Lo que le impone no es la novedad de la situación, sino la mezcla de circunstancias – omnipresente está la desgracia, la caída fatal, barrena individualizada- y la amalgama de razas. Gana Sudamérica por clara goleada: se ve que por allá están peor informadas. Curiosamente, Tina conserva intacta, a pesar de su edad, la capacidad de sorpresa, un cerebrito para la aritmética y el gusto por inmiscuirse. (Pasión por el chafardeo, como dice Paco).

Two : Más tarde, tras la sangría (o durante la misma, este dato no está claro) una Tina curiosa preguntará a la doctora por el número de intervenciones diarias: Oh, sí, de 15 no bajan. Multiplicar es fácil, los números vuelan, el resultado es aterrador, inaudito. ¡Caramba, con lo pequeña que es la isla! Escalofriada por la cifra, Tina decide ponerse a repartir condones, cortarles la picha en rodajas... Bueno, no a Paco. O sí. Ya veremos. Según salga la cosa.

Three: Estudio psicológico, así tienen la desvergüenza de llamarlo. “¿Por qué está usted aquí?” Y cuando a punto está de responder “¡Por pasar la mañana, descerebrada!” Tina oye a su voz decir: “Tengo seis hijos y no me veo con otro chico. Soy mayor. No me veo...” La doctora (o lo que sea) le busca los ojos. “¿Lo hace libremente?¿Está usted segura?” “Tan segura como lo estoy de que me aprietan los zapatos”.
Aprobado alto. Firma de papeleo. Consentimiento. Parabienes, pura farsa.
Tina pasará al quirófano consciente de su no-pertenencia a ninguno de los tres supuestos: Allí no se presume malformación fetal. Ella no fue violada. El embarazo no supone grave peligro para la salud física o psíquica de la embarazada.
Y pese a todo, agradecida.

Four: “¿Ha desayunado algo?” “Ocho galletas”.
Mentira. Fueron tres las galletas que los niños dejaron sobre la mesa. Ella siempre fue frugal por las mañanas. En realidad vive de sobras. “Eso es importante, ¿sabe?, necesitamos un cierto nivel de glucosa en sangre”. “Ahá” – musita Tina arrepentida de la trola-. “¿Es su primer aborto?” “Sí”. Es un sí de cabeza, de boca, un sí pronunciado con todos los huesos del esqueleto. Ahí no hay mentira alguna; es su pequeña verdad de plata.

Five: Preparativos: ronda ecográfica. Localización de la bolsa gestacional, peca negra en la pantalla. Un círculo dentro del útero, cosilla móvil; el manchurrón es el hijo, un proyecto de ser vivo. ¿Cómo dices? No es una mancha, bruta, es todo un universo. El que tú has venido a cargarte. Pero de esta camilla no te mueve ni Dios, por mucho que tu corazón haya frenado sus latidos. Por un instante, casi le has visto el pelo rubio y los ojos azules. Los andares del Paco.
Pero ya es tarde para inventarse un trauma.
El puchero al fuego te aguarda en casa.

Six: Fuera ropa. Bata blanca, liviana. Plástico verde para pies y cabeza. Tina se sienta en una camilla y espera. La chica que le precede vomita. Ella le oye vomitar las tripas al otro lado del biombo. Una vez. Y otra. Y otra. Será cosa de los nervios, se la veía asustada. Sola y asustada. Pobre chica. “No como yo. Yo tengo experiencia, pasé lo mío. Seis partos a las bravas. Seis tandas de entuertos. Los DIUS (con posterior extracción dolorosa). Seis putadas. No como yo. Yo tengo agallas. Y espolones. Soy un bicho raro”.
Puñetera manía de hablar sola.

Seven: La doctora viene de Cuba. La ecógrafa era balcánica. ¿Qué ocurre, ya no quedan médicos en España? Sorprendentemente, el quirófano es un quirófano de verdad. Tina clava la vista en el techo, tal y como se le indica, respira hondo, escupe el aire lentamente. Preparada para el campeonato mundial de apnea, esa es la única manera de mitigar un dolor insoportable. Tres pinchazos de anestesia en el útero, una pierna acá y la otra en Despeñaperros. “No puede ser peor que un parto” (pero lo es). La respiración trabajada la distrae del dolor, pero no del ruido. La aspiradora que la succiona suena a desagüe atascado. “Doctora, hábleme de Cuba, cuénteme cosas”. La doctora habla, arenales y palmeras, mulatos de fábula. La enfermera ecografía su barriga. Ella siente que se orina, pero sólo es el frío metálico de los espéculos.
Cuba. Aspiración. Cuba. Vaciado de entrañas. Cuba. Quiero bailar la salsa.
Cuba.
Fundido en negro.
Ya quedaste hueca.

Eight: Al incorporarse del potro de tortura, las piernas no le responden. Por el rabillo del ojo, Tina ve la sábana empapada de sangre y yodo. Tiene el culo pintarreado y en la cara marchita el rictus de una máscara. La enfermera le tiende una compresa. Algo caliente y viscoso se desliza entre sus muslos. Tina prefiere no mirar. Alabemos su buen gusto.

Nine: Medicación: Antibióticos (“Retens”, derivado de la Tetraciclina. 5 días) Anti inflamatorios (“Coslan”, Ácido Mefenámico. Una semana) y un poco de gimnasia uterina, falsos loquios (Methergin en gotas, Metilergometrina. Una semana). Lo ofrecen en un pack. El pack del aborto. Consejos: no follar. No usar tampones. No realizar baños de inmersión. No hacer deporte. No tomar el sol. No follar. ¿Oíste? Nada de sexo. Tendrás algo parecido a una regla. Durará un día o un mes. O toda una cuarentena. A la que se descuide, córtale la picha a ese cabrón. Cuídate, comadre.
A ver quién es la tonta que piensa en jodiendas ahora.

Ten: Son 400 euros. A Tina le tiemblan las piernas. ¡Qué sola se siente, qué abandonada a su suerte! Su pelvis se agita descontrolada. Calor, frío y asco, simultáneamente. Tal vez pena o remordimiento. Y 400 euros. Una pasta. Hay que ver lo que cuesta matar a un niño.
Y lo que le aprietan los zapatos.
Y el odio infinito que siente por Paco.
(“No puede ser peor que ir al dentista”, eso dijo el muy borrico)



© www.espacioluke.com | Consejo de redacción | Enlaces | Tablón