OPINION : "Colillas de izquierda" david torres

A mí las medallas me importan un pimiento, pero la verdad es que esta vez al jurado del Príncipe de Asturias se le ha ido un poco la mano. Darle una de las máximas condecoraciones patrias, una que suele respaldar la trayectoria de toda una vida, al corredor Fernando Alonso en lugar de a Ángel Nieto, es casi como darle el premio Nobel de Literatura a Melendi, ese analfabeto integral que va por ahí presumiendo de que en su vida ha leído un libro. Conste que yo soy igual de analfabeto en ambas disciplinas: ni sé conducir un coche ni una moto. Pero creo que una docena de campeonatos mundiales frente a cero pelotero es una notable diferencia. Con Fernando Alonso están premiando, aseguran los señores del jurado, un ejemplo a la juventud. Fernando Alonso cae bien a todo el mundo, incluido a mí. Es simpático, sanote, y emana un aire de pijillo tontorrón tan adorable que en los anuncios le ponen como mascota un cerdito llamado «Borja». Ya puestos, también Nadal es igual de pijillo, simpático y sanote, y cuenta además a su favor con un curriculum basado en hechos empíricos en lugar de probabilidades. Y en vez de un cerdito, tiene un brazo que parece la pata de una vaca. Lo malo es que con Alonso no se está premiando sólo una disciplina ni unos determinados valores deportivos sino un negocio. Alonso protagoniza anuncios de automóviles, lucha con curvas imposibles, aprieta el acelerador, vive peligrosamente. Mientras el Gobierno intenta volver a subir los impuestos del alcohol y el tabaco para compensar el déficit sanitario, se impulsa desde todos los órdenes y estamentos una actividad que genera ininterrumpidamente ruido, humos tóxicos, parapléjicos y cadáveres. La última gracia de ZP y su cuadrilla es asegurar que fumar y beber es de derechas. Churchill (bendito sea esté donde esté) encaja en la definición como un guante, pero me temo que los asesores del PSOE van a sudar tinta para borrar todos los puros en las fotos del Che y de Fidel Castro. Son tan ignorantes que ni siquiera saben que Stalin fumaba en pipa y que el humo salía igual de espeso que de la chimenea de un crematorio nazi. En fin, que un chico que ni fuma ni bebe es premio Príncipe de Asturias sin un solo título en el bolsillo, por delante de un motorista legendario, un tenista magistral o de un montañero que se dejó los dedos de los pies en su última expedición al K2: el primer español en ascender los catorce ochomiles de la Tierra. Guste o no guste el alpinismo, ésa es, sin duda, la marca deportiva más impresionante que existe. Pero nadie se acuerda hoy de Juanito, retirado como un boxeador en desgracia, mientras todos corren a hacerse la foto junto a Alonso. Los políticos, por favor, pónganse al lado de «Borja».



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