Juan Iturralde
Hans y las lluvias de Abril
Literaturas.com Libros - 2005


Si hay una obra de ficción actualmente susceptible de merecer la atención de la critica y de los lectores, esta es sin duda Hans y las lluvias de Abril, la inacabada novela del enigmático escritor Juan Iturralde, heterónimo de José María Pérez-Pratt y autor entre otras de Días de llamas, una de las mayores contribuciones literarias sobre la Guerra Civil española. El propio responsable de la edición de Hans y las lluvias de Abril, su hijo Alejandro, confiesa la travesía por el desierto que le supuso poder llevar a buen término la culminación de un sueño, la publicación póstuma de la novela, entre otras razones porque era consciente de que eliminados los quebrantos de ser el editor de su padre, sabía que se encontraba ante una obra totalmente diferente dentro del panorama literario actual, y de difícil comprensión por ser inevitablemente relacionada como muy acertadamente sugiere Constantino Bértolo en el prologo, con un tipo de literatura nada comercial totalmente alejada de los circuitos literarios. Pero la historia del esquizofrénico personaje alemán recluido en un manicomio que nos cuenta su vida y la de su alter ego Hans, las diferentes reflexiones que este / estos, le hacen a su psiquiatra y los densos monólogos en los que relata las diferentes relaciones con otros pacientes y mujeres, merecía una oportunidad, merecía salir del cajón en el que estaba recluido durmiendo el sueño de los justos. Es posible que como han relatado algunos críticos, Constantino Bértolo se haya dejado llevar por la pasión en el prologo (no olvidemos que él fue uno de los editores de Juan Iturralde) al comparar al escritor con los grandes narradores centroeuropeos: Robert Musil, Thomas Man.... Estamos ante una novela hermética, dura y difícil de leer, y desde luego sería discutible tanto una aseveración a favor como en contra. Pero lo que es indiscutible es que Hans y las lluvias de Abril no se parece nada al tipo de literatura al cual estamos acostumbrados hoy en día, y sólo por eso, merece ser leída.