LITERATURA: Maxi Single - "Gente Divirtiéndose - Take no Prisoners / Powerfuck" David Murders & the Representatives of Evil

Cara A:

Gente Divirtiéndose


En el cuarto, dos chicas se ponían rayas. El Coronel entró primero y nos presentó. Eran dos mujeres altas y corpulentas que llevaban los pezones anillados y el cuerpo salpicado de tatuajes.

- Estas son Katia y Vera - dijo el Coronel.

Las chicas me miraron y sonrieron. Una de ellas comenzó a esnifar.

- Están colgadas- apostilló el Coronel.

- Invítale a una raya - dijo la que se llamaba Vera.

Katia vino hacia mí con una copa en la mano. Una flotante melena pelirroja enmarcaba su rostro y lanzaba destellos dorados mientras cruzaba la estancia como una nube.

Me cogió de la mano y me guió hacia el centro de la reunión. El Coronel se acomodó en una butaca y encendió un cigarrillo. Yo me senté en el sofá y nos pusimos todos a charlar.

Había una bandeja con trufas sobre una mesa de cristal. Katia me dijo:

- ¿Quieres?

- Sí- dije, y me incorporé hacia la mesa. Me acercó una trufa a la boca y me la introdujo en ella.
Jugamos una partida de billar. El Coronel contó algunas de sus anécdotas. Katia y Vera reían y aportaban sus propias historias y contra-anécdotas entre susurros y exclamaciones como “oh, sí” y “toma esa” cuando conseguían una buena carambola.

Al acabar la partida comenzó la verdadera fiesta. Katia puso Dancing Queen, Licence to Kill, Jesus to a Child y The girls in the Beach; Vera, The Land of Rape and Honey, Golden Dawn, Reign in Blood y South of Heaven. En cuanto al Coronel, sus gustos resultaron ser más clásicos; puso temas de blues tipo Hoochie Coochie Man y Back Door Man.

Pero para entonces todo estaba totalmente desmadrado. Recuerdo que, en algún momento, mientras la fiesta seguía su curso entre música, copas y besuqueos de toda clase, el Coronel, presa de un apasionado entusiasmo, se incorporó, descolgó el teléfono y comenzó a perorar:

¡Hemos vampirizado las artes como alimañas sarnosas acariciando el alma de un niñato repeinado que es el hijo del presidente de la nación. Estamos en su cerebro, atrayéndolo a conversar con el lado oscuro, la tentación vertiginosa de una cremallera loca, la auténtica diversión!



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Cara B:

Take no Prisoners / Powerfuck


–Quiero que todo se vaya a la mierda. Que los que tienen poder pero carecen de autoridad se pongan a temblar, quiero su destrucción a todas luces. ¿Comprenden ustedes o se lo tengo que explicar en chino?

–Cálmese señor Gutiérrez, seguro que hay alguna manera de solucionar su problema.

–¿Mi problema? No es mi problema, no quiero solucionar mi problema, quiero solucionar el problema.

–Ahora mismo es más tu problema que el de cualquier otro, socio. Al Coronel Gutiérrez no le vengas con sonrisas conciliadoras, acepta sus consejos y no le des tú ninguno o te puede partir la cara por listo.

–Pero Guti, hombre –intervino el segundo funcionario– que yo te conozco desde que éramos críos.

–¡Quiero ver a vuestro jefe ahora mismo!

–¡Ar! ¡Firmes! ¡Ar!
...

- ¡Me cago en la hostia puta!- saltó el Coronel. Por fin había logrado acceder al pasillo posterior. Llegó a la puerta del fondo del pasillo y el gorila que le había estado acompañando se la abrió.

Bajo las bragas de la señora ministra ardía un infierno hormigueante. La mueca aviesa e incontenible en el rostro, el brillo anormal de su cristalino, la dilatación de la pupila, el vello erizado sobre la piel, los pálpitos y escalofríos que la turbaban desde la nuca hasta los pliegues del esfínter, podían no ser percibidos o interpretados a primera vista por cualquiera, pero el Coronel Gutiérrez Satisfaction sabía perfectamente lo que estaba sucediendo.

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