I
La ambigüedad dramática de la existencia alimenta mis sueños.

II
La literatura es una ciudad en ruinas.
Una hermosa ciudad cuyos edificios decrépitos ocuparon alguna vez los lectores.

III
Las causas se crean en el remordimiento.

IV
Qué extraño el mar, qué capacidad de ahondar en nuestras desdichas.

V
La muerte es como el amor, terrible e inevitable.

VI
Según A. Bioy Casares la única forma de sobrellevar la historia contemporánea es escribiéndola. Precisar, atar, denunciar el nuevo discurso unificado que justifica la desigualdad –antes de que se transforme en anécdota– ¿servirá, para soportar mejor el día a día?, ¿servirá?, ¿aunque se haga desde la certeza de la ignorancia?

VII
Mi tristeza… no tiene estaciones.

VIII
El espacio está definido por los límites, pero en la mirada lenta y confusa del miope ¿cómo fijar los horizontes?

IX
Lo que nunca dijimos. Lo que nunca escribimos. Los momentos que no existieron. Todo lo que nos vacía y nos desmiente, somos.