MUSICA: "Prensa musical. Una historia muy corta y muy variada" roberto gutiérrez

La prensa musical española se desarrollo a partir de la segunda mitad de los setenta, ya que antes, inmiscuidos en una dictadura fascista, era bastante complicado hacer nada; aunque había una revista tipo periódico que resistió como pudo y que se llamaba New Musical Express, la cual era muy buena, empezando su andadura en la fase final del franquismo, luchando contra viento y marea y contra otras muchas cosas, dentro del desierto cultural y musical que era este inclasificable país.

Tras la dictadura se desarrollaron dos revistas magníficas que eran Star y Vibraciones.

La revista Star no era estrictamente musical ya que desarrollaba aspectos contraculturales que no sólo se alimentaban de rock sino también de comics, cine, viajes a Túnez, Marruecos, India, etc. Esta revista tenía como directora periodística a Karmele Marchante, lo cual es un dato que me parece absolutamente increíble ya que ahora todos la conocemos por dedicarse al mundo rosa de los programas del corazón pero no seré yo quien critique a una de las fundadoras de Star, revista que mezclaba el comic sexual del gato Fritz con artículos dedicados a los drogadictos del rock, al punk más revulsivo, incluyendo su apoyo a “La Banda Trapera Del río” o la New Wawe americana de los B 52´S, sin olvidar a Lou Reed, Zappa, Stones, Sid Vicious y demás fauna freak.

La revista por excelencia de final de los setenta fue Vibraciones, una maravillosa revista musical donde se encontraban Murillo, Manrique, Juliá, Llopis y un largo etc de periodistas del underground. Todos los artículos eran sobresalientes y los reportajes de conciertos fabulosos. Había artículos sobre Johnny Winter, Tod Rundgrend o Tangerine Dream magníficos, sin olvidar sus especiales sobre Zeppelín, Beatles, Stones o el dedicado a la música Reggae. Siempre estaban atentos y fueron los que mejor analizaron a los Sex Pistols y a los Clash que resultaban la vanguardia del momento. Luego extrañamente desapareció y se transformó en Rock Especial pero esto es otra historia que comentaré posteriormente.

Popular 1 fue también un clásico de los setenta que ha seguido desarrollándose hasta la actualidad aunque me gustaban mucho más cuando se fijaban en los Stones, Floyd, Pistols o Doctor Feelgood que cuando se decantaron descaradamente a favor del Heavy Metal, alabando ese genero de manera desproporcionada y poniendo como bandera de sus artículos a grupos que son bastante mediocres como Scorpions o Iron Maiden. Además mantienen desde hace más de veinte años una obsesión por Kiss que a veces, con perdón, resulta ridícula. Los artículos actuales en muchos casos resultan vulgares, aunque la revista entretiene y de vez en cuando se disfruta, teniendo a su favor la fotografía que siempre ha sido lo mejor de esta publicación.

Tal como señalaba antes, acabado Vibraciones comenzó Rock Especial, que al principio empezó bien pero luego se desarrolló mal. A medida que se adentraban los ochenta fueron decantándose por los grupos más superficiales de dicha década como Duran Duran, Visage, Heaven 17 o Human League, apoyando incondicionalmente el tecno-pop y sobre todo a los insufribles “Maniobras Orquestales en la Oscuridad”, aunque les salvaban los artículos sobre los grupos clásicos y el análisis que siempre hicieron en apoyo de todo lo que se llamó movida madrileña y demás movida de los ochenta españoles.

A mediados de los ochenta cambiaron de nombre y pasaron a denominarse Rock De Luxe, mezclando a los nuevos románticos con el heavy metal. Actualmente son el avant garde de la modernidad y venden la revista junto con un disco, siempre muy pero que muy moderno, que a mi siempre me ha resultado, más que prescindible, insufrible. La dejé de comprar en el 2000 porque no podía seguir leyendo algún artículo interesante junto con la terrible mugre que inundaba la publicación, recopilando discos mes a mes que no me gustaban nada y que los tengo totalmente escondidos y lejos de mi discografía visible y audible.

La salvación en los noventa y en la actualidad fue RUTA 66, revista que la lleva esencialmente Ignacio Juliá, un clásico del periodismo rockero y underground que nos descubre lo más escondido de los sesenta y setenta junto con lo más actual del rock, esencialmente americano, lo cual es una excelente elección. Una delicia con una gran objeción ya que la revista es en blanco y negro y su montaje bastante vulgar y todo ello a un precio de tres euros.

La revista aunque a veces se pasa con alabanzas a Ramones, Stooges y MC5 que resultan ser sus iconos, es lo bastante ecléctica para descubrir desde folk y country intimista hasta rock progresivo, el cual dominan de maravilla, stoner, grunge, nuevo country y artículos imprescindibles sobre rock sureño, psicodelia o blues de los pantanos. Una revista que está tan bien escrita y que la lees aunque no conozcas a los grupos porque la verdad es que todo resulta interesante.

Por último, señalar que una de las revistas que más esperaba fue uno de mis mayores fiascos, me estoy refiriendo a Rolling Stone que lejos de la fantástica edición americana aquí se sirve de los más burdo del pop latino tipo Alejando Sanz y Ricky Martín, juntándolo con artículos sobre U2, The Doors, Dylan o Marilyn Manson, haciendo una mezcolanza irreal y totalmente imposible de digerir.

Hay más revistas, algunas interesantes como Ritmo y Blues otras menos como Efe M, pero a mí actualmente con el Ruta 66 me basta aunque espero que en el futuro se publique algo tan interesante como la señalada y esta vez en color por favor.



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