OTROS - Arquitectura: "Involución" juan carlos prieto

Inmersos en un proceso imparable de investigación, desarrollo, globalización y comunicación (George Steiner dice que la comunicación hoy es la cuarta dimensión), todavía podemos encontrar algunos casos sorprendentes de tendencias claramente regresivas, derivadas cómo no de procesos económicos desastrosos que desembocan en fracturas sociales irresolubles.

Etiopía, que en sus tiempos de mayor gloria fue el escenario de las relaciones entre el rey Salomón y la reina de Saba, con una relevancia política y religiosa de escala continental, cuando África aún no estaba bajo la “influencia” europea, núcleo comercial y estratégico por excelencia a lo largo de toda la Edad Media y prácticamente hasta el siglo XIX, hoy se encuentra en un estado de precariedad, inestabilidad, pobreza, indigencia y si se me permite y con todo el respeto por los etíopes, de inmundicia.

Javier Reverte despierta en España el interés por Etiopía a través de un precioso libro titulado “Los caminos perdidos de África” donde analiza a través de un viaje personal por una geografía inhóspita la relación entre una historia otrora floreciente con la situación actual matizada a través de los procesos de colonización que ha sufrido en los últimos dos siglos.

Sorprende enormemente encontrarse un conjunto monumental de iglesias rupestres, dieciocho iglesias excavadas en roca en el siglo XII por el rey Lalibela, que da nombre en la actualidad a la ciudad donde se encuentran, y que son comparables estilísticamente a la encontradas en Turquía en la zona de Capadocia o las que encontramos en España en las cuencas del Ebro y Pisuerga. Iglesias cristianas coptas con una particularidad que las hace únicas, siguen en uso manteniendo la misma liturgia que en la Edad Media, viviendo en Lalibela exactamente igual que en la Edad Media. Se puede decir que Lalibela es la Edad Media.

Etiopía también sorprende por darse la circunstancia de atesorar algunos de los tesoros mejor guardados de África, sus tribus, Mursis, Hamer, Conso, Caro, etc, más de cuarenta. Tribus con una particularidad que las hace únicas, viven igual que en la Edad del Bronce, se puede decir que las tribus de Etiopía hoy todavía son la Edad del Bronce.
¿Cómo es posible que un país de referencia ochocientos años atrás mantenga sociedades ancladas hoy en la Edad del Bronce?. Por la existencia de procesos de involución. La expresión “Torres más altas han caído” se hace patente, cualquier proceso de desarrollo esta sujeto a episodios de retroceso, y aunque lo importante no es la dirección tomada sino la derrota elegida –expresado en términos marineros- asistimos permanentemente a vaivenes que nos devuelven a nuestra realidad más humana.

La aparición del hombre floreciensis vuelve a aportar nuevos ejemplos para la reflexión. ¿Tuvo siempre las mismas características de un proceso evolutivo y se detuvo en ese punto de desarrollo, o por el contrario se trata de un conjunto de seres que se vio limitado a una pequeña isla de la actual Indonesia y se fue degradando a lo largo de las generaciones has convertirse, involucionarse, en un homínido menos desarrollado?. Hoy se trabaja en estas líneas de investigación y veremos que resultados se obtienen.

¿Esta hoy el hombre evolucionando o involucionando? La respuesta nos viene desde los Estados Unidos, es posible que nos encontremos en una inhóspita isla llamada Tierra condenados a volver a subirnos a los árboles, si es que quedan.

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Fotos: J.C. Prieto



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