LITERATURA: Creación "Poemas"- boris rozas

ÍNDICE

ALBUM

Frágil del agua y del tiempo
cristalino del todo,
Metálico del corazón y del lodo
lleno de lluvia y de viento.


Animal del miedo y la boca
quieto y sujeto,
Manta de amor y respeto
bestia de cálida roca.


Calma del cuerpo mismo
cama de soledad,
De mis manos, eterna ansiedad,
sujetando al tronco del abismo.


Vestigio de espuma de la sangre
ligera brisa de sal,
Cuna de huesos hermosos
fiesta de la piel y del rostro.


Firme estado de verde tristeza
con vientre de leche,
Cómico modo siempre terrestre
castigo y todo maldita certeza.


Calla hermosura
cortina de color y de rancio,
Ese verde raquítico y lacio
siempre dolor y frescura.


No llevas mis manos por llevar
mis anillos o mis medallas,
Bien sabes tú de mis agallas
de mis arrugas, de mi volar.



Casi muero ayer de tanta luz
tanta pared,
Apenas di con la red
con tanta viga y tanta quietud.


Antes de ayer fue la madera
la canción y la mejilla,
El camino desde tu rodilla
al peso de esa cadena.


El charco en medio del camino
La risa, el frío del encuentro,
Cala pronto ese momento
En el álbum de fotos del destino.


Los versos desatados
sobre la hierba,
Tiñen de tinta mi letra
haciendo útiles mis manos.

ENSEÑAME EL CAMINO

El otro día soñé
que robaba la hierba de tus días,
cogía prestada toda la cara,
todo el color.


Secaba mis manos con tu pelo,
tomaba el aire de tu espalda
manejando la tela de tu vestido,
encontrando el tiempo.

LO QUE DICEN DE MI LAS PIEDRAS

Las tristes piedras que tan bien
manejan el silencio
y saben ver el oro de los días
y las noches,
conocen el misterio de las heridas
que se curan
y de los hombres que se levantan.
Las dulces rosas que tan bien
acompañan a las manos
y se desprenden de las tumbas
con la lluvia,
nunca dejan que el gesto sea baldío
que el tiempo se convierta en piedra.


Cuentan del bosque tantas mentiras
como árboles habitan,
ladrones de almas viajando por el tronco
visitando la savia de los años.
Cuentan que en el medio de la vida
se aprende a beber de los días,
se sabe del porqué
de esas heridas
de esa llaga que empieza a ser historia.
Cuentan que las tristes piedras
que conducen al osario
son las rosas que iluminan tu camino
para que adivines lo andado.

BRISA

Hay un poco de vigor en ese llanto
un poco de presencia,
una normal esencia, de primavera
hay un todo en ese engaño.


Unas pocas gotas de mañana
hay un verano en esas notas,
un extraño sol, unas estrellas
hay casi un himno en esas velas.


Nuestro es el tiempo
nuestras las penas,
para ver esas flores
sobran estas cadenas.

YA ENTONCES NACEMOS DE HINOJOS

Ya entonces nacemos de hinojos, fragmentados,
envueltos en limo.
De manera hermosa, simple, llegamos a este
mundo,
Devolvemos las piedras a su sitio, brotamos agua,
hasta de la noche hacemos día. Durante años,
hasta mi casa, se acercaron gentes con ánimo sencillo,
gesto suave, volcados con el mar (Yo mismo
envuelto),
arrugado el alma.


Diría que me encuentro perdido, ahora mismo.
Desde que abro los ojos, se disponen frente a mí
un ejército de minutos,
unos barcos semihundidos, todas las infancias,
donde ya estuve, lo recuerdo,
una y mil veces.



Apostado en estas maneras, también simples,
digamos que siento haberte mentido, sobre las
noches
y la vida. Ojalá fuera tan eterna la mañana,
tan colorido el campo, tan útiles los animales,
los principios tan proporcionados.
Aún ayer
Dormía con mis seres queridos, tranquilo,
inmenso,
Hasta mi casa seguían llegando
contentos, hombres como puños,
eternos, moviendo el mundo.

ME DESLIZO ENTRE CAMPOS DE FATIGA

Porque necesito ser hombre o mujer, día o noche,
árbol o piedra, perfecto
conocedor de las tormentas, marinero entre cuerpos
hambrientos.
Quiero devorar iglesias y palacios, pan fresco y
hacinado,
torres maestras, orgullos elevados,
me planto delante de esta vida. Quiero un río,
lo quiero en medio de todas las figuras,
una barca de madera, unos remos,
una espalda erguida,
un niño.

VISPERAS DE TODO

Menos mal que el fuego me hierve por la sangre
las manos me amarran al cuerpo, en un tiempo.
no me reprocho mi fe en la carne (avejentada)
pero no sabría encontrarme en esta vida de gusano,
torcer por esa calle, ladrar, reconocerme
animal completo, hierba, nube, estómago,
principiante.

ALGO SOBRE UN BANCO DE MADERA

Yo estaba sentado, destruido. Viendo el barco
que navega tranquilo
por el río, el cielo despejado. Tú ya no eras de este
lado,
no te recuerdo.
Aspiro a parecerme a este pájaro, a aquellos niños,
Ablandarme con el paso de los años, amerizar,
no entender
nada.
Que me lleven a otro jardín,
A un declive más natural, a serenarme
con la maleza,
comulgar con el pasto,
No busco uno solo de sus rastros,
alcandora
que fundes los huesos, restañas dignidades, entallas
hombres más allá del día, enmiendas.


Yo estaba bien coagulado con el mar, mayúsculo,
desmadejado. Tú ya no quieres de este canto,
No te reconoces.


Boris Rozas:
Ha publicado hasta la fecha:
“Bagajes del Alma”, Ed. Visión, 2004
“Lleno del Mar”, Ed. CELYA, 2005


Fundador y Director de la Revista RÉPLICA, en la Universidad de Valladolid, desde 1992 hasta 1997.
Coordinador y Presentador de los espacios radiofónicos “BABEL” y “EL OMBLIGO DEL MUNDO”, desde 1992 hasta 1997, en la emisora ONDA CERO
Fundador de las Revistas literarias ONEIROS y ARGOS, publicaciones de la Universidad de Valladolid



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