nº 50 - Mayo 2004 • ISSN: 1578-8644
Materia y forma
miguel ángel ontanaya
Selección de la última obra de Miguel Angel Ontanaya "Materia y forma"

El espacio de tus manos

El espacio de tus manos
ahuyenta fantasmas nerviosos,
tus huellas construyen
la materia y el silencio,
desplazan
el espectro
de la muerte.

Tu tacto es el universal
ámbito de la vida
que señala,
crea forma y rescata
seres, sombras y memoria.


Espacio

a Jorge Varas

expandir espacios
objetos mecánicos
escarbar con el índice
el aceite de la memoria
abrir paso a la máquina
ensanchar
permitir la llegada
y llegar a la médula
columna salomónica
pólvora oración
que azota la memoria


Haz visible

Haz visible
el abrazo de la forma,
génesis de espejos
espacios y oquedades,
matriz de amnióticas
sustancias y silencios.
Haz visible la luz,
- vicaria luz enajenada
que reflejas, Luna, -
la sombra,
la carcajada
y el grito
del dolor negro,
preñado de palabra y forma
que alumbra piel.


Mujer muerta sobre espejo roto

La ausencia y el rencor
han roto
los espejos;
el silencio los deshizo en grava
tras el semen quebrado
en blanco fulgor de muerte;
el doloroso acre silencio
es el mosaico
que transustancia en mueca histriónica
la palabra
y ecos bufones de autoculpas,
sangres de manos puñetazos
corrompen
componen el cuadro de la ruptura.
Paisaje de batalla perdida
donde gimen lágrimas
de piedra y cristal,
donde las rosas hieden
a sangre seca
sobre el espejo roto.


En este cosmos

a Paul Klee

En este cosmos
La tristeza declama

declina su oración
y de ella se destilan jirones de piel;
sus ensimismados frutos
arrojan cruces de furia
y la ira se apodera,
araña toda corteza
dejando desnudo el epicentro de hiel;
todo hacer
sin rumbo
sin halo,
sin brillo,
frío ante tanta calidez mercurial.
Contemplo
manchas ocres sobre blanco,
salpicante necritud,
vacía el alma,
mientras, en el cosmos, el mal
actúa fructíferamente.


Incertidumbre

a R.M.Rilke

Caóticos espacios
cristalizan en silencio,
alumbrando incertidumbres,
(secretas formas, espectros).

Al borde,
en el límite,
en el filo,
abismo infinito,
ambiguo espacio
que se volatiliza en el aire,
jugamos con la oquedad del limo
o de la piedra,
materiales inciertos como palabras,
sombras de ideas y seres,
caminamos en el filo cortado
de tu pupila.

Buscas sin ojos
un espacio virgen dentro de la rosa,
el silencio perfecto del ángel,
la mano tensa que palpita y da forma.

Negro espacio, severo silencio
que llega al fin,
al límite,
siempre incompleto,
siempre incierto.


Ocaso

Aceras raídas,
escombros amontonados,
                                        tazas de wáter;
espacio desgastado,
reducto de desechos,
ruinas,
ecos de voces perdidas,
huecos pasos de mañanas húmedas,
tardes circundadas de abrojos y cardos.
 
El vacío de rejas oxidadas
es la pantalla
de la existencia que se consume.

  Nada entiendo
y me muevo torpemente
por el vacío camino del silencio
que va hacia la muerte
sin más sentido que el duro latido,
la monótona respiración;
sin más sentido que el del interrogante vacio
del látigo dolor pétreo.
Monótona agonía.


Hueco útero mortal

Será deliciosa tarea el hueco útero mortal y cálido lugar de fermentos
donde en limos el cadáver pudre lamidas humedades
y suaves gusanos el perfecto lineal hueso acarician,
sombra antitética del ser.

Como el propio dolor
                                 con gozo,
el acre olor de llagas
                                 con asco,
o la pustulencia hedionda
                                         se ama,
ansía la luz negra
saborear inflamada
                               en el lecho de ciénaga carnal,
cuyos calcáreos huesos
luchan...
                           triunfan...
                                                             en la materia,
                                                             la putridez
                                                             y el lodo
que ayer fue idea,
fue mirada,
risa...