nº 51 - Junio 2004 • ISSN: 1578-8644
Paseos desde Praga
elena buixaderas
Si yo fuera Praga estaría cansada de que se me identifique siempre con lo mismos tópicos,
las mismas calles, los mismos monumentos, las mismas celebridades, los mismos artistas o intelectuales.

Si yo fuera Praga me gustaría que alguien me bajara de mi pedestal y dejara de adorarme, o ensalzarme, o loarme como a una virgen, que me tratara como una mujer de carne y hueso, que a veces esta demasiado agotada para ser hermosa. Porque si yo fuera Praga a veces estaría demasiado agotada y sería intempestiva con los turistas y con los pedantes que solo conocen de mí lo que han estudiado en los libros o en las guías.

Si yo fuera Praga me gustaría que amaran también mis rincones solitarios, esas calles sucias que nadie transita donde dormitan las vagabundos y los gatos, que amaran mis fealdades y mis zonas industriales, que alguien hablara de Holesovice y de Zizkov, de tantos pragueses que nunca fueron nada mas que habitantes de mí misma, y nunca pintaron obras de arte, ni escribieron versos o historias, ni compusieron sinfonías o cuartetos de cuerda, gente humilde que se levanta de madrugada para trabajar en una fábrica o en el metro, protagonistas de tantas historias inolvidables...

Si yo fuera Praga me gustaría que todo el mundo se olvidara de Kafka, de Capek, de Seifert, de Holan o de Durych, de Hrabal o Kundera, de Dvorak o Smetana, de Drtikol o de Manes o de Mucha, y que buscara el alma de los verdaderos bohemios en los ni?os que van a la escuela cada ma?ana, en los Novakovi, los Novotni, los Koukalovi de las guías telefónicas, en las ancianas que apenas pueden subir las empinadas escaleras de los tranvías, en los trozos de bosque virgen que aún quedan entre los parques plantados de flores...

Si yo fuera Praga me gustaría que alguien se fijara en todos los animales que aun cobijo a pesar del asfalto y el humo y que no están presos en el zoo, que viera que no soy sólo leyenda y piedra, que vivo y respiro, observo, que tengo un corazón que late más allá de obras de arte o de modas efímeras, que fui soy y seré cada uno de mis habitantes, los eminentes y los humildes, los honrados y los tunantes.